Ser docente no es cualquier profesión, es cansado y exigente, aunque tiene todo tipo de recompensas y ventajas, la satisfacción de ver a un alumno superar obstáculos y aprender nuevas habilidades no se tiene en ningún otro trabajo, sin embargo, al ser un trabajo demandante puede ser que se agote de vez en cuando el brillo por lo que hacemos, no porque ya no nos apasione, simplemente porque la rutina nos cansa.
Una pausa escolar puede ser la oportunidad perfecta para recuperar esa pasión y recargar nuestras baterías de docentes para darlo todo al fin de ciclo escolar.
Busca algún taller o curso
Toma alguna clase que no necesariamente se trate del aula o de la profesión docente, pero que te ponga en el lugar del alumno nuevamente, un taller simple de un par de días es todo lo que necesitas para cambiar de perspectiva, recuperar la pasión por el aprendizaje, tan importante para un docente, y ponerte nuevamente en el lugar de tus alumnos, aunque sea un ambiente distinto, siempre ayuda a recordar por qué decidimos ser docentes y lo mucho que podemos transmitirle a nuestros estudiantes en el aula.
Adicionalmente te puede ayudar el recuperar la pasión por algún pasatiempo que dejaste olvidado y que al reencontrarte con el papel de aprendiz enciende nuevamente. Crear espacios en los que desarrollamos nuestras habilidades es muy importante para el autocuidado.
Ábrete a nuevas perspectivas
Retomar alguna lectura, buscar vídeos de conferencias o encontrarnos con artículos académicos sobre nuestra profesión, los descubrimientos y estudios más recientes, las experiencias de otros docentes alrededor del mundo y la posibilidad de utilizar nuevas estrategias y conocimientos en nuestra aula nos puede ayudar mucho a redescubrir la pasión por la docencia, así como encender nuestra creatividad para los procesos del aula. A veces es importante incluso revisar textos o contenidos que nos parecen ajenos a nuestro contexto o con los que quizá pensamos que no concordamos tanto, no para entrar en polémica, pero si para conocer nuevas perspectivas, estar al tanto del pensamiento externo a nosotros y deconstruir nuestras propias opiniones.
Nunca está de más buscar también nuevas metodologías y herramientas para el aula, con ello sentiremos la emoción de volver a clases y compartir todo esto con nuestros alumnos.
Descansa
Muchas veces nos llenamos de tantos pendientes y estamos tan abrumados por la rutina cotidiana que dejar de hacer cosas parece imposible, sin embargo descansar es una parte esencial de llegar a disfrutar nuestra profesión, cualquiera que sea, incluso el docente que tiene una aventura distinta cada día puede llegar a cansarse de la rutina, sentirse abrumado por las responsabilidades y agotarse mentalmente, lo cual también trae consigo cierta apatía para el trabajo, por ello el descanso es tan importante.
Date la oportunidad de disfrutar algunos días en vacaciones plenamente, sin otro objetivo que el descansar, ya sea durmiendo un poco más, viendo películas, leyendo o incluso saliendo a caminar, quizá elijas actividades que parezcan igualmente cansadas, pero que a ti en particular te ayuden a distraer la mente, descansar, sentirte más libre y redescubrirte.
Haz equipo con otros docentes
Compartir experiencias con tus docentes nos ayuda a redescubrir la profesión, así como a liberar las emociones que muchas veces se hacen difíciles tras los meses de clases. Conversar con personas que nos comprenden de verdad, intercambiar experiencias y escuchar sus propuestas nos puede llevar a aprender nuevamente la pasión por nuestro trabajo.
¿Cómo revives tu pasión por enseñar? ¿Sientes que a veces hace falta un incentivo? ¡Comparte con nosotros tus pensamientos y opiniones!