Las redes sociales y el uso común del internet como una herramienta para el día a día han cambiado muchas de las dinámicas sociales que conocíamos en décadas anteriores, la rápida evolución de la tecnología ha hecho que nuestra convivencia sea muy diferente a cómo era hace diez o quince años, en poco tiempo hemos dejado atrás ciertas prácticas y adoptado otras como parte de nuestros acuerdos sociales. Quizá para nosotros como adultos, que crecimos sin dispositivos digitales, las redes y el torbellino de información que traen consigo las pantallas sean más fáciles dejar de lado u observar con un ojo crítico las tendencias. Sin embargo, la generación de alumnos que tenemos hoy en día en el aula no ven esto de la misma manera, ellos han crecido y aprendido a socializar a través de las pantallas, la pandemia aceleró aún más esto y poco a poco los alumnos se han convertido en sujetos digitales.
Aunque toda esta tecnología es realmente importante para la vida cotidiana y una gran herramienta en casi todas las áreas, también conlleva ciertos riesgos, incluso para los adultos puede convertirse en un tema de adicción o afectar nuestra salud al pasar demasiado tiempo frente a una pantalla. Pero no son los únicos riesgos asociados al uso de celulares, computadoras o tablets.
Los retos virales o las conductas asociadas a tendencias en redes sociales se han presentado como conductas de riesgo en nuestra vida cotidiana, los hay de todo tipo y se distribuyen a gran velocidad entre las plataformas que frecuentan los más jóvenes. Para los adultos puede resultar muy estresante el sentir que una amenaza invisible pero potente late entre nuestros alumnos y para ellos puede sentirse como una necesidad el participar en todo tipo de desafíos.
¿Qué son los retos virales?
En todas las plataformas de redes sociales, pero quizá más en TikTok, surgen tendencias de actividades o conductas que al repetirse entre perfiles desafían a los usuarios a imitarlas y mostrar su reacción en videos y otros medios. Si un perfil popular entre usuarios prueba una nueva coreografía, canta una canción o se lanza a una alberca, muchos de sus seguidores tratarán de hacerlo también y entre más popular sea la tendencia más probable será que los jóvenes quieran repetirla.
Algunos de estos retos pueden ser inofensivos y divertidos, pues al final del día es una forma de socialización entre los participantes que podrían unirse en grupos y desafiar a sus amigos. Pero las noticias son claras y algunos de estos retos se vuelven un peligro para la salud de los más pequeños, pues se han visto ejemplos de retos que afectan gravemente a los usuarios, el black out challenge o el skull breaker son solo algunos ejemplos de cómo una tendencia puede llevar a lesiones o incluso la muerte.
Es importante entender que la viralidad de los retos y la facilidad con la que los jóvenes desean participar en ellos es algo normal, por naturaleza el ser humano desea pertenecer, ser parte de un grupo, ser aceptado por miembros de nuestra comunidad e incluso destacar entre nuestros pares. Así mismo, el cerebro adolescente tiende naturalmente a conductas de riesgo, los jóvenes tienden a ser impulsivos y a buscar la aprobación de sus pares.
También es necesario observar que al ver una conducta repetida innumerables veces en redes sociales hace sencillo el creer que esos retos son inofensivos, por lógico que parezca para los adultos que en realidad se trata de actos muy peligrosos, para un adolescente que en pocos segundos ve pasar cientos de videos similares, la conclusión lógica es que no hay peligro en ello e incluso parecer algo divertido.
¿Qué podemos hacer?
Prevenir a las familias
Las familias de los estudiantes no siempre son conscientes del impacto que tiene el uso de internet en sus hijos, el hecho de que sean tan comunes los dispositivos digitales hace que su uso se normalice sin la concientización necesaria, parece inocuo el permitir que los niños y adolescentes naveguen por las plataformas pues todos lo hacen también.
Si bien prohibir su uso sea algo inviable en la actualidad, debido a que desde las tareas hasta el asistir a clases llegan a ocurrir a través de una pantalla, si es importante hacerle ver a las familias la importancia de mantener una comunicación atenta con los más pequeños al respecto de las redes y lo que ven en ellas. Estar abiertos a escuchar a los niños y jóvenes, comprender qué son estas tendencias y ayudarlos a discernir entre contenidos aptos y peligrosos es necesario. Es importante no juzgarlos, más bien acercarse a ellos con interés y curiosidad genuinas.
Hablarlo con los alumnos
Hacer eco de la importancia de detenerse a pensar antes de realizar cualquier tipo de reto de redes sociales entre nuestros estudiantes puede salvar una vida. Abrir la comunicación y permitir que ellos se expresen, así como confrontarlos con datos y explicar las consecuencias de ciertos actos con calma y sin alarmarlos, pero si siendo claros ayudará a muchos a darse cuenta del riesgo en el que pueden ponerse a sí mismos y a sus compañeros.
Mantenernos informados
No todos los retos son peligrosos y no todas las cosas que leemos en redes sociales son ciertas, es necesario que así como pedimos a los alumnos prudencia y pensamiento crítico, nosotros también nos mantengamos informados y atentos a todo lo que ocurre en el entorno de los más jóvenes. Evitar los prejuicios es también necesario, pues a veces los adultos tendemos a minimizar preocupaciones o reacciones que nos parecen infantiles, pero que son importantes para los alumnos.
Estar enterados de todo y ser cuidadosos ante los mitos forma parte de una buena prevención.
¿Cómo te preparas ante los cambios y los desafíos de las redes sociales?