Establecer claramente la rutina del aula y los procesos que seguiremos a lo largo del ciclo escolar en los primeros días de clase puede ser una herramienta muy útil para la gestión del aula, ya que nos ayudará a llevar un orden cotidiano y nos ahorrará pasos al momento de guiar a los alumnos en momentos de transición a lo largo del día. Lograr una estructura clara de los pasos a seguir en momentos clave del día, como la entrega de tareas, la entrada al aula o el regreso tras el receso puede ayudarnos pasar menos tiempo en la organización del aula, evitar estrés innecesario y confrontaciones que generan tensiones entre alumnos y docente.
¿Qué tipo de rutinas pueden ayudarnos para esto? ¿Cómo podemos ayudar a los alumnos a desarrollarlas sin convertirnos en docentes demasiado estrictos o controladores? Aquí algunas ideas para lograrlo.
¿Qué implica una rutina?
Las rutinas son actividades cotidianas que todos realizamos día a día y que suelen realizase en el mismo orden, por ejemplo, para salir de casa seguimos ciertos pasos que solemos llevar a cabo en una secuencia repetida: lavarnos los dientes, desayunar, tomar un baño, vestirnos, etc. Igualmente en el aula, tanto estudiantes como docentes tienen ciertas rutinas que naturalmente se crean aunque no se establezcan previamente.
Sin embargo, nosotros como docentes podemos establecer claramente una rutina que nos ayude a gestionar el aula, repetir las mismas actividades cada día sentará un precedente para los estudiantes que sabrán que esperar a lo largo del día y al mismo tiempo seguirán el ritmo de la clase naturalmente. Por ejemplo, tener una rutina para la entrada de clase en la que les demos cierto tiempo para acomodarse e iniciar con un saludo general para llamar su atención, para luego abrir un libro o cuaderno específico evitará que el ruido se prolongue demasiado.
Así mismo existen proceso que podemos crear para situaciones específicas y que requieren pasos establecidos para llevarse a cabo, por ejemplo, pedir a los alumnos que para entregar sus actividades coloquen sus cuadernos o ejercicios en un lugar designado para esto conforme terminen el ejercicio ayudará a ahorrarnos pasos al recogerlos individualmente o interrupciones innecesarias durante la clase.
Ambos necesitan cierta práctica, repetición y paciencia, las rutinas se crean a partir de la repetición, mientras que los proceso necesitan instrucciones claras, aunque para ambos casos, nosotros como docentes requerimos tener en mente cuáles son sus objetivos y los pasos para lograrlos.
Planea antes de iniciar
Para que estas estrategias funcionen es necesaria cierta planificación, por lo que debemos tener claro para qué y cómo vamos a lograr lo que buscamos. Para establecer rutinas es necesario crear un horario tentativo para nuestras clases, dividir el día o las horas de clase en momentos específicos y buscar momentos clave para hacer las transiciones. Date oportunidad de diseñar rutinas efectivas que tengan en mente tus planeaciones de clase y las necesidades de tus estudiantes, integra pausas activas o momentos de relajación que ayuden a pasar de una actividad a otra, así como tiempos claros que te ayuden a crear una sensación de regularidad.
Para los procedimientos específicos de clase solo necesitas buscar que sean efectivos para ti, tus métodos de evaluación, estrategias de clase y dinámicas del día a día. Puede que integrar a los estudiantes como parte de la recolección de tareas sea importante para tus objetivos o puede que hacer de este paso algo sencillo y autónomo para cada alumno tenga más peso.
No lo pierdas de vista
Establecer estos patrones en el aula puede costar cierto trabajo al principio, pues los alumnos tienen ellos mismos hábitos y experiencias distintas a nuestro método particular, por lo que la clave para lograr un manejo del aula en el que la rutina y los procedimientos jueguen un papel importante es la repetición, ser consistentes y pedir a los alumnos que se apeguen a los pasos que hemos designado. Esto no implica ser demasiado estrictos o severos con ellos, más bien flexibles, pero perseverantes. Eventualmente tanto ellos como nosotros nos acostumbraremos a llevar a cabo estas tareas.
¿Crees que la rutina puede ser útil en tu aula? ¡Comparte con nosotros tus experiencias e ideas para crear rutinas en el aula!