Aunque tradicionalmente el aula es el espacio en el que se desarrollan las clases, es importante decir que no todas nuestras actividades necesariamente debe estar limitadas por este espacio, llevar las lecciones al aire libre es una gran idea para romper la rutina, estimular los sentidos de los estudiantes, fomentar su creatividad, cuidar su bienestar emocional, permitirles que liberen energía acumulada e incluso propiciar una mejor salud física y mental, pues permitir el movimiento y las actividades físicas tiene grandes beneficios para el desarrollo de la clase y para su salud en general.
¿Por qué llevar nuestras clases al exterior?
El aprendizaje no es un proceso limitado a la adquisición de información, la memorización de datos o la resolución de exámenes y tareas escritas, para los estudiantes de cualquier edad transformar los conocimientos de los libros en algo más que datos para la evaluación es importante, solo así lograremos un aprendizaje más profundo y significativo. Por ello es que buscar que sus clases incluyan el uso de sus sentidos en actividades diversas es necesario, esto estimulará su curiosidad, además de fomentar la creatividad.
Agregar actividades con movimiento en un entorno novedoso, la creatividad y la imaginación también se ven estimuladas, lo que permite a los alumnos utilizar sus conocimientos de formas novedosas e interesantes. Adicionalmente, al aumentar el movimiento y propiciar la actividad física se reduce el estrés, lo cual tendrá un efecto positivo en todos los aspectos de su vida.
¿Qué tipo de actividades podemos realizar al aire libre?
Investigación científica
Permitir que los alumnos obtengan información por medio de la observación es un paso importante para impulsar el método científico, una buena idea es pedirles que salgan de las aulas a observar las plantas cercanas, insectos, animales, así como fenómenos naturales, como los efectos de la lluvia, la observación del cielo, etc. Para esto podemos crear aventuras en la naturaleza, como la cacería de cierto tipo de hojas, rocas, animales, no necesitan recogerlos, podemos pedirles que los dibujen, que los describan o que les tomen fotos si es que cuentan con un teléfono móvil. Más tarde podemos trasladar estas actividades al aula con investigaciones detalladas sobre todos los elementos que lograron captar.
Traslada la clase
A veces el simple cambio de ambiente puede traer grandes beneficios para la concentración y la motivación en los alumnos, muchas veces el hecho de trasladar nuestra sesión a un espacio abierto puede cambiar el ánimo del aula. Puedes salir de tu salón de clases, hacer algunos ejercicios como caminar o estirar los músculos, buscar un sitio seguro para dar la clase y motivarlos a tomar apuntes de nuevas formas, crear diagramas con gis en el patio, utilizar ejemplos en los que involucres el movimiento o incluyas formas de participación que sirvan también como un juego, como lanzar una pelota para elegir al compañero que participará a continuación o hacer una pequeña carrera para ganar puntos de participación. Es posible que algunos alumnos requieran de apoyo al estar fuera del aula, ya sea porque les cuesta más trabajo concentrarse con nuevos estímulos o porque prefieren la rutina, pero con pequeños ajustes podemos hacer que esto funcione para todos, nuestros alumnos con condiciones como el TDAH pueden beneficiarse mucho de este tipo de ejercicios.
Desarrolla la creatividad
Salir del aula para pedirle a los estudiantes que realicen alguna actividad más creativa también es una gran idea, fuera del salón de clases tendrán nuevos estímulos para llevar a cabo tareas como dibujar, escribir, bailar o incluso representar pequeñas escenas que se relacionen con la clase. Dar tiempo para desarrollar sus habilidades artísticas es tan provechoso e importante como otras asignaturas.
¿Qué debemos considerar al llevar nuestras clases al aire libre?
Planifica con tiempo
Aunque muchas de las actividades podemos mejorarlas al momento o podemos utilizar ideas que surjan durante la sesión, es importante que tengamos claros todos los detalles de la clase que sí podemos controlar, como los espacios que utilizaremos, el tiempo que lo podremos utilizar, los objetivos del día e incluso las necesidades que debemos cubrir para que nuestros alumnos estén cómodos y seguros. Avisar con tiempo a los niños que prefieren seguir una rutina, por ejemplo, así como solicitar materiales que quizá deban utilizar es una buena forma de prepararnos.
Procura crear límites claros
Hacerle saber a los niños cuáles son nuestros objetivos a cumplir, las razones por las que se llevan a cabo estas actividades y los límites que deben respetar para poder realizar ese tipo de dinámicas ayudará a tener un ambiente seguro y divertido. Delimita claramente el espacio que pueden utilizar, los tiempos que tienen para trabajar y las reglas de seguridad.
El aula al aire libre es una gran oportunidad de transformar la enseñanza, no necesitamos grandes espacios, sólo aprovechar los recursos con los que contamos. ¿Has realizado esta clase de actividades? ¡Comparte tus experiencias con nosotros!