Ser maestra no es nada fácil, tienes bajo tu cuidado a un grupo de niños o jóvenes que no solamente necesitan descubrir información, sino que necesitan apoyo, y a los que llegas a conocer en muchos niveles, al mismo tiempo tienes que manejar cuestiones adminsitrativas y de evaluación, planeaciones, juntas con padres, actividades para las clases, festivales en las escuelas, capacitación y muchos otras tareas, pero eso rara vez es todo. Muchas maestras son también madres. Balancear la vida laboral con la familiar no es siempre fácil.
Por eso aquí te damos algunas ideas para que tu vida laboral y tu vida familiar se mantengan en balance.
Si dedicas mucho tiempo al trabajo, inevitablemente sentirás culpa hacia tu hogar, pues creerás que no le das lo suficiente a tus pequeños o en general a tu familia, pero si le dedicas mucho tiempo a la alegría del hogar, más tarde sentirás que no haces lo suficiente en la escuela. Romper ese ciclo es esencial.
Es necesario que disfrutes lo que hagas en todo momento, sin culpas, quizá hay temporadas difíciles durante el ciclo escolar en las que necesitas dedicarle más tiempo al trabajo, en esas temporadas date permiso de dedicarte a la docencia, platícalo con tus hijos y con tu pareja y dale ese espacio que te pide la escuela.
Sin embargo, en otros momentos es la familia la que más requiere tiempo, prepárate también para esas etapas y dale permiso a la docente exigente que vive en ti de hacerle espacio a tus hijos. Vive esas temporadas sin culpa, pues todos requieren de tu tiempo.
No es fácil cumplir con todas tus responsabilidades, pero la mejor herramienta para lograr un equilibrio es organizarte. Crea horarios y calendarios que te permitan visualizar cómo necesitas distribuir tu tiempo para cumplir con todo, si llevas un calendario en el que recuerdes las fechas importantes seguramente podrás hacer tiempo para todo lo que debes hacer, recuerda apegarte a él y también incluir momentos para ti misma.
Plantea esa regla en tu vida y síguela al pie de la letra. No le quites tiempo a tu familia por el trabajo. Es muy importante que dividas el tiempo que le das al trabajo del que le das a tu familia. Incluso si a veces es necesario completar ciertas tareas de la escuela en tu casa, no dejes que esto se interponga en tu convivencia familiar, organiza bien tu tiempo y una vez que termines de trabajar, realmente deja el trabajo fuera.
Sí, esta puede ser la recomendación más difícil, pues pedir ayuda suele verse como una debilidad y muchas deseamos ser las mejores maestras y las mejores mamás al hacer todas las tareas nosotras solas, sin despeinarnos y sin quejas, pero esto no te hace más fuerte ni mas eficiente, solo más estresada. Recurre a tu equipo y a tu familia para resolver las tareas, divide el trabajo y permite que otros también hagan su parte. ¡Forma un equpo con tu familia!
Tener un balance entre tu papel de mamá y de maestra es posible, solo necesitas un poco de organización. ¿Cómo haces tú para equilibrar tu vida laboral de la familiar?