La escuela nunca se ha limitado solo a las ocho horas que pasan los estudiantes en el centro educativo, desde siempre, la tarea ha sido siempre una parte muy importante del trabajo y para los docentes una herramienta que permite trabajar habilidades o reforzar conocimientos fuera del salón de clase, donde pocas veces alcanza el tiempo para cubrir todos los aspectos necesarios. Adicionalmente, en el contexto que hemos vivido en los últimos años, la tarea o el trabajo individual de los alumnos ha tomado aún más importancia, pues las clases a distancia, los sistemas híbridos o la incertidumbre para saber cómo seguirá el sistema de clases requiere de un trabajo autónomo, pero también ha tenido ciertas consecuencias para el equilibrio necesario en la vida personal de los alumnos (y maestros).
Poco a poco hemos entendido que la escuela no puede ser la única actividad de los niños y jóvenes, que necesitan tiempo para descansar, ejercitarse, jugar, socializar con sus pares y pasar tiempo en familia. El problema es que al sumar las horas necesarias para lograr esto, resolver sus tareas y dormir apropiadamente, resulta casi imposible lograrlo todo.
¿Cómo podemos mediar entre las necesidades de aprendizaje y la vida diaria de los alumnos? No es una tarea sencilla, pero con algunos ajustes podemos lograrlo y un buen inicio es re-pensar la tarea que encargamos a los estudiantes. Aquí algunas ideas para ti.
Escucha a tus alumnos
Lo más importante es tener comunicación eficaz con los alumnos, entender cuáles son sus necesidades actuales y conocer los requerimientos de otras materias, el tiempo que tienen en casa, cuáles son sus hábitos de estudio, de sueño e incluso los horarios familiares. Será difícil acomodar nuestras actividades a las de cada uno, pero es un buen comienzo saber cómo se mueven sus tiempos para darnos un panorama general.
Esta comunicación puede ampliarse poco a poco y ayudar a diseñar no solo el programa del ciclo, sino a tomar decisiones ejecutivas al momento de estar dando una clase o diseñando los siguientes días de actividad. Conocer sus intereses o sus áreas de oportunidad personales son buenos puntos de partida al momento de decidir si una semana u otra se llevan a cabo más ejercicios.
Déjalos elegir
No se trata de que tengan carta abierta para tomar decisiones sin fundamento, sino de crear espacios y oportunidades para que los alumnos tengan cierta agencia sobre su tiempo, sobre su itinerario y sobre lo que les parece importante practicar. Puedes crear un sistema en el que tengan que elegir ciertos trabajos, por ejemplo “de esta lista de diez tareas deben entregar cinco o seis, las que ustedes prefieran” o que puedan decidir entre hacer entregas parciales de un trabajo más largo o entregar todo al final.
De esta forma los alumnos serán responsables de su tiempo y podrán tomar decisiones de acuerdo a sus preferencias o carga de trabajo. Claro que este ejercicio puede requerir cierto ensayo y error, pues no sabrán bien cómo administrar estas decisiones y quizá en principio no busquen eficiencia, sino placer. Por ello es importante que trabajes la comunicación y el pensamiento crítico, hacerles saber qué implican sus decisiones y ayudarlos a trabajar en su toma de decisiones basados en hechos puede ayudar a que poco a poco desarrollen una mayor asertividad.
Trabaja en equipo
Algo muy importante es la comunicación entre docentes, especialmente cuando estamos en niveles como secundaria o bachillerato, donde los alumnos tienen varios profesores y horarios más complejos, pues necesitamos saber cuánto trabajo y tiempo exigen esas otras asignaturas y el escenario ideal sería acordar con esos docentes estrategias para equilibrar las tareas, donde cada quien explique los momentos más importantes de su programa o las tareas que encuentra más relevantes, y así organizar mejor los tiempos para cada asignatura, para evitar periodos donde los alumnos tengan demasiado trabajo.
Todos sabemos que nuestra materia es la más importante, por lo que deseamos ser la prioridad, sin embargo cada asignatura tiene temas necesarios y de hecho, si logramos enlazar algunos de nuestros temarios, el aprendizaje podría ser mucho más provechoso y profundo, hacer equipo con otros docentes es muy importante.
Prioriza las tareas
Nosotros sabemos que cada ejercicio es importante y cada tarea está pensada para reforzar algún aspecto de nuestra asignatura, sin embargo, ante un panorama complejo para los estudiantes, donde además de estudiar están en otras actividades o tienen otras responsabilidades, lo ideal es que nosotros también aprendamos cuáles son las prioridades, tanto para la materia en sí, como para los exámenes o el futuro de los alumnos.
Puedes tener a la mano recursos que estén disponibles para todos y entre los que los alumnos puedan elegir, así será más fácil dejar tareas diferenciadas, que sirvan a cada uno, pero también evitar pesadas cargas de trabajo para la clase.
¿Has cambiado tu perspectiva respecto a las tareas últimamente? ¿Qué te parece lo más importante al momento de elegirlas? ¡Comparte tus ideas con nosotros!