La docencia nos ha enseñado que la diversidad es algo común en el aula, tenemos alumnos con personalidades de todo tipo y con aptitudes distintas, cada quien es especial y por ello nuestras aulas deben permitir el acceso al aprendizaje a todos ellos. Esto no siempre es fácil, pero conocer las razones por las que nuestros estudiantes podrían experimentar dificultades nos ayudará a diseñar mejores estrategias para guiarlos.
Una de las características “poco comunes” que mayor presencia tienen en las aulas es el ser zurdo. Esta pequeña diferencia puede tener distintas consecuencias en el aprendizaje que realmente no se relacionan con el ser zurdo en sí mismo, sino con que el mundo está diseñado para los diestros, pero que al tenerlas en cuenta podemos mejorar la experiencia de nuestros alumnos desde edades tempranas hasta la adolescencia.
¿Qué necesitamos tener en cuenta al respecto?
Un aula segura
Aunque ser zurdo es una diferencia muy pequeña con respecto a los compañeros diestros, esta, como cualquier otra, puede ser razón para que al descubrir que el alumno no es como el resto se sienta inseguro o aislado, algo que pueden acentuar los otros con actitudes negativas. Por ello es importante que como docentes abordemos el tema de la diversidad con naturalidad dentro del aula, algo realmente esencial, no para señalar a las personas, sino para hacerles ver a todos que las diferencias son lo que nos ayuda a construir un mejor lugar para vivir.
Adaptaciones y útiles
Posiblemente no tengamos los recursos para darle a los estudiantes las herramientas que puedan cambiar su experiencia, especialmente en lo que refiere a habilidades motoras finas, como recortar, escribir o dibujar, pues aunque existen tijeras, adaptadores para el lápiz, tipos de papel, cuadernos o pupitres especiales obtenerlos puede resultar complejo y caro.
Por ello, podemos llevar a cabo algunas adaptaciones en los útiles normales o por lo menos considerar las dificultades que ellos tendrán en el día a día, como el manchar sus hojas al escribir o chocar con sus compañeros en las mesas compartidas, es mejor colocarlos a ellos del lado izquierdo y entender que no siempre puede haber una presentación perfecta. Para un zurdo todo es distinto.
Observar y aprender
Los alumnos zurdos tienen una espacialidad y lateralidad completamente distinta a la de sus compañeros diestros, en todo aspecto se mueven y prefieren el otro lado, esto puede ocasionar que en algunos aspecto muy básicos cambien en ellos, como la posición con la que toman el lápiz, la forma de colocar el cuaderno. Tomarnos un tiempo para aprender un poco más sobre sus procesos, preferencias y formas de relacionarse con la escritura puede ayudarnos a comprenderlos mejor y guiarlos.
Debemos considerar acercarnos a ellos por el lado izquierdo cuando necesitemos hablar con ellos y en el caso de enseñar movimientos hacerlo de frente a ellos, para aprovechar el efecto de espejo. Existe también la lateralidad cruzada, en la que algunas cosas funcionan mejor como diestros y otras como zurdos.
Cada aspecto es importante en la enseñanza y conocer mejor a nuestros alumnos es muy importante.