Aprender a trabajar en equipo es importante para los estudiantes, no solo para su desarrollo académico, sino para el futuro profesional y personal de todos, pues esta es una habilidad esencial en cualquier entorno, ya sea familiar o de trabajo. Sin embargo, en la escuela, la forma en que suele realizarse el trabajo en equipo puede no ser la más óptima, ya que muchas veces se deja que la organización sea por parte de los propios alumnos, quienes tienden a evitar conflictos dividiendo el trabajo en partes para hacer un esfuerzo individual y luego juntarlas para presentar. A lo largo de su proceso educativo se repite este patrón y en ocasiones se une a diferentes experiencias negativas para su aprendizaje
¿Cómo podemos nosotros como docentes propiciar mejores experiencias y un verdadero trabajo colaborativo?
Asignar roles
Es importante que los alumnos tengan una guía para organizar su trabajo en equipo, así como reconocer las habilidades que poseen, tanto ellos mismos como sus compañeros. Los trabajos en equipo a veces implican hacer el mismo trabajo repetido por cada uno de ellos, pero si logramos guiarlos para que cada uno cumpla una tarea distinta, podrán apreciar mejor las diferentes características que cada uno posee, así como apreciar el trabajo de los otros.
Los roles que asignemos deben ser particulares, por ejemplo, el rol del investigador, que sea quien busque la información, pero también otros que lleven el registro de actividades, quien anote los datos encontrados. También pueden ser roles más orientados a las necesidades del proyecto en particular, como alguien que cuestione las ideas, alguien más que haga el diseño visual, etc. Esto se acerca un poco más a lo que encontrarán los alumnos en el futuro y permite que cada uno experimente diferentes actividades y habilidades.
Estructurar el proyecto
Los proyectos que sean la base del trabajo en equipo requieren también de cierta estructura, normalmente nos abocamos a delinear las características del trabajo final que deben entregarnos y damos por hecho el proceso de investigación que pasarán los alumnos, que es precisamente la etapa en la que pierden esa colaboración.
Como docentes podemos ayudarlos con guías estructuradas de los pasos a seguir para alcanzar ciertos objetivos. Mostrarles que primero deben buscar información, estructurarla, analizarla, debatirla, así como orientarla a los objetivos del proyecto, proponer soluciones y alternativas para lograr las metas planteadas, son ideas importantes para ellos y que muchas veces damos por hecho, pues pensamos que el trabajo de la materia es aprender datos e información correspondiente al temario y no nos enfocamos en las habilidades necesarias para la investigación y colaboración.
Resolución de conflicto
Es común que entre miembros del equipo ocurran algunos conflictos, las diversidad de opiniones, las dificultades para cumplir un trabajo e incluso simples rasgos de personalidad podrían traer discusiones a los equipos, incluso entre aquellos que son amigos. Es necesario transmitir a los niños y adolescentes habilidades de comunicación asertiva.
Enseñar a los niños a escuchar activamente, a regular sus impulsos y emociones y a estructurar sus ideas puede ayudar mucho a la resolución de cualquier problema que pudiera darse entre los alumnos. Por ello es que la educación socio emocional es tan importante en cualquier ámbito, así como las habilidades de lenguaje necesarias para comprender y transmitir ideas.
Diversidad entre compañeros
Otro punto común en los trabajos en equipo es que los alumnos suelen siempre integrarse solo con amigos, que tienen ideas y personalidades afines a ellos, a quienes conocen a profundidad. Pero es importante que trabajemos en que los equipos sean diversos y permitan la participación con personas que no conocen, con quienes no siempre concuerdan y de quienes, en ocasiones, tienen ideas preconcebidas.
¿En tu aula trabajan en equipo constantemente? ¿Cuáles son tus estrategias? ¡Comparte con nosotros!