La diversidad en el aula no es un tema superficial, en nuestros salones podemos encontrar diversidad de tamaños, ideas y contextos, pero también de estilos de aprendizaje, visiones del mundo y conexiones neurológicas. El trastorno de Déficit de Atención no es solamente un asunto de conducta, aunque los estudiantes con esta condición pueden parecer distraídos, conflictivos y muy inquietos, nada de esto implica que los alumnos no deseen participar, aprender o cultivar relaciones con sus compañeros.
El Trastorno de Déficit de Atención es una condición neurológica, es importante saber que los estudiantes no son distraídos a propósito, sus necesidades del día a día son particulares y muy características. Aquí unos tips para que nuestra aula sea un espacio de apoyo y seguro para todos nuestros alumnos.
Organización
Una de las dificultades que enfrentan los estudiantes con TDA es el aspecto de la organización. Es muy probable que la mochila, el espacio de trabajo y los cuadernos de alguien con esta condición resulten caóticos e ilegibles, lo que hace muy complicado para los mismos estudiantes saber en dónde anotaron sus tareas, cuáles son las entregas pendientes o descubrir si han llevado a casa todo el material necesario para resolver sus trabajos. Ocurre que los niños, niñas y adolescentes con TDA tienen una dificultad con su funciones ejecutivas, por lo que seguir el proceso común para organizar sus tiempos y sus objetos personales puede ser todo un reto, que se ve interrumpido por distintas ideas que se atraviesan en el camino.
Aunque parezca un tema de simple voluntad, es más un tema neurológico y saberse sumidos en este caos, sin lograr estar al corriente con sus compañeros despierta mucha ansiedad y angustia en los alumnos, además de los efectos que a largo plazo puede tener en su autoestima.
Como docentes podemos colaborar para que la organización y la realización de tareas que se relacionan con las funciones ejecutivas tengan un mejor apoyo, lo cual hará más sencillo para todos los alumnos el estar atentos a las fechas de entrega y los materiales.
Dar estructura
El primer paso es tener un aula estructurada, en la que todos sepan siempre qué ocurrirá a lo largo del día y en donde pueden encontrar sus materiales en caso de buscarlos. Procura tener una rutina clara en la que los días de cada cuaderno, libro o materia sean predecibles, así como el tiempo que tomará cada tema. Puedes incluso compartir con ellos una agenda semanal o mensual y repasarla al inicio del día.
Esto puede aliviar la ansiedad de no saber en qué estamos trabajando o de lo que se avecina, lo cual también es útil para alumnos en el espectro autista. Procura tener un apoyo visual que muestre esta agenda, así como algún recordatorio sobre el tiempo que durará cada actividad. Si un estudiante se siente perdido podrá voltear a ver ese material y recobrar el ritmo.
También crear marcos de tiempo específicos para ciertas tareas puede ayudar mucho a mantener la atención de quienes no logran concentrarse durante la clase, ya que tendrán muy claro cuánto tiempo necesitan dedicar su atención y sentirán un límite claro, lo que causará cierta sensación de premura para acabar la tarea en ese tiempo. Solo recuerda crear espacios para todos, si tienes alumnos que trabajan mejor en periodos más largos, reparte las actividades durante el día para que todos tengan una oportunidad.
Utilizar códigos de colores y separar los materiales de forma práctica puede ser un gran apoyo. Podrías sugerir un día a la semana para limpiar el material extra que ya no ocuparán los alumnos o recoger ejercicios.
Motiva sus pasiones
Los estudiantes con TDA pueden llegar a focalizar su atención durante horas cuando se trata de un tema que les interesa particularmente, así que apelar a sus pasiones puede ser muy útil al momento de aumentar la concentración y la participación durante la clase.
Recuerda que conocer a tus alumnos, en general, es muy importante y en este caso puede ser la clave para que un alumno que parece distraído participe activamente, se concentre y trabaje durante el dia. Simplemente trata de buscar la relación entre la pasión personal de tus alumnos con el tema del día.
Deja que se muevan
Tradicionalmente pensamos que un salón de clases productivo está en silencio, que los alumnos realmente concentrados están totalmente quietos, sin hacer ruido para no distraer a los demás, pero muchas veces esto no es un reflejo de la realidad y en el caso del TDA puede ser todo lo contrario, pues las personas con este trastorno necesitan moverse constantemente para mantener su foco de atención centrado, es algo que físicamente les exige el cuerpo. Por ello permitirles ese movimiento puede ayudar mucho a mejorar la concentración en el salón de clases.
Existen estrategias muy sencillas para apoyarlos sin molestar a otros alumnos, desde colocar bandas elásticas en las patas de las sillas, para permitirles rebotar ligeramente durante el día hasta permitir asientos más flexibles, como pelotas de yoga. También es posible que el uso de juguetes de estimulación sensorial les ayuden, como las pelotas anti estrés, los spinners u otro tipo de objetos que permitan un movimiento ligero y repetitivo. Cada alumno es distinto y lo que le funciona a uno no siempre le funcionará a los otros, por ello buscar opciones puede ser muy útil.
Para apoyar esto también podrías establecer pausas activas, momentos en el día que obliguen a los alumnos a levantarse, respirar y utilizar sus músculos, ya sea con estiramientos, saltos o incluso caminar en el patio.
¿Has tenido en tu aula alumnos con esta condición? ¿Cuáles han sido tus estrategias y herramientas? ¡Comparte con nosotros y con la comunidad!