El arte siempre ha sido valorado en nuestra sociedad por su capacidad para unirnos como seres humanos, siendo natural su existencia como un medio de expresión. Al mismo tiempo, en el sistema educativo hay poca atención a esta área, pues las materias que se imparten al respecto suelen tener menos peso en horarios y créditos. Esto a pesar de que todo lo que nos enseña es útil en diferentes áreas, no solamente en el aspecto del arte en sí mismo, sino que nos ayuda a fortalecer habilidades cognitivas, necesarias para el aprendizaje, así como a mejorar habilidades socio emocionales, nos ayuda a relacionarnos con otras personas, pues a través del arte tenemos la oportunidad de vincularnos con la expresión del otro.
Aun si las materias de arte no tienen mucho espacio en los planes de estudio, siempre podemos hacerle un espacio en nuestras aulas para ayudar a los alumnos a fortalecer sus habilidades, tanto sociales como académicas. Aquí hay algunas razones por las que esto puede ser una gran idea.
Mindfulness y atención
Para realizar cualquier tipo de arte es necesario concentrarnos, poner mucha atención al movimiento de nuestro cuerpo, a las acciones que realizamos, las cuales pueden ser muy sutiles o requerir un gran gasto de energía, depende de la actividad, el momento y la necesidad de lo que hacemos. Las artes nos obligan a concentrarnos en los procesos que llevamos a cabo, así como a contemplar constantemente nuestro avance, planear lo que haremos a continuación y estar abiertos a los cambios durante el proceso.
Además en todos los casos la práctica es necesaria para mejorar, por lo que es ideal apegarnos a un horario y hacer de este ejercicio algo regular, lo cual le da estructura a nuestros días. Todo esto nos puede ayudar a relajarnos, a estar atentos plenamente a nuestro contexto, a suavizar nuestra respiración y a dejarnos llevar, lo que implica un beneficio para nuestra salud mental.
Expresión y comunicación
Construir una pieza artística requiere de mucha reflexión, de pensar qué es lo que vamos a transmitir y cómo vamos a construir el discurso dentro de nuestra pieza, además de repensar lo que necesitamos expresar, analizar nuestras palabras, nuestras ideas y pensamientos, no importa si la pieza que realizamos es muy sencilla o muy compleja, se trata del proceso en sí mismo.
Esta es una manera muy sencilla y natural de aprender a escucharnos, a construir nuestro pensamiento y a mostrar nuestras emociones, así como a analizarlas, nos ayuda a entender lo que sentimos, lo cual poco a poco nos beneficiará al momento de comunicar nuestras necesidades a otras personas, al transmitir nuestras ideas y a escuchar a los demás.
Emociones y autorregulación
Al conocer nuestras emociones y encontrar una manera de expresarlas es mucho más fácil aprender a gestionar lo que sentimos, ya que habremos hecho una exploración de nuestras experiencias, lo que nos obliga a conocernos mejor. Al saber reconocer lo que hemos sentido, nombrarlo y organizarlo en nuestro interior será más fácil lidiar con los sentimientos, tanto positivos como negativos, además de darles una salida que apela a la sensibilidad y no tanto a la racionalidad.
¿En tu aula hay espacio para el arte? ¿Crees que esto podría beneficiar a tus alumnos?