Sin duda una de las partes más complejas de dar clases y de las que quizá menos se habla es la gestión de la conducta en el salón de clases. Trabajar con una clase excitada, que no logra concentrarse o que tiende al conflicto o al desorden puede cambiar por completo nuestro trabajo diario, hacerlo mucho más difícil o cansado, pero las estrategias que pongamos en marcha harán la diferencia para crear un ambiente de aprendizaje ideal.
Aquí te dejamos algunas ideas para cuando tu clase no logra concentrarse en las actividades o cuando surge el conflicto entre tus estudiantes.
Respiración consciente
Se habla mucho de la meditación o del famoso mindfulness o atención consciente, técnicas para relajarnos o dejar atrás la ansiedad y el estrés. Quizá lograr que tus alumnos se conviertan en monjes tibetanos capaces de meditar durante mucho tiempo sea demasiado pedir, pero la respiración, que es la base de la meditación, nos puede ayudar mucho a relajar a los alumnos, a concentrarnos mejor y a lograr un ambiente más tranquilo.
Esto se trata simplemente de que durante unos minutos nuestra mente se concentre en respirar, en las sensaciones que tenemos al inspirar y expirar, en el movimiento de nuestro cuerpo, los sonidos y las temperaturas que nos rodean, de esa forma la mente y el cuerpo se reinician por completo. Pídele a tus estudiantes que cierren los ojos y respiren en conjunto, puedes contar los segundos que utilizan para respirar y guiarlos a través de las sensaciones que experimentan, así se desconectarán unos segundos y volverán a clase listos para aprender.
Actividad física
Para muchos estudiantes la autorregulación puede implicar un reto, sus emociones y reacciones ante la frustración o la ira e incluso la felicidad pueden convertirse fácilmente en disruptores de la clase, pero podemos ayudarlos a filtrar un poco sus impulsos a través de la actividad física, saltar, correr, cantar o hacer algún tipo de ejercicio puede ayudarlos un poco. Si notas que tu clase está demasiado inquieta una pausa para ejercitarse les ayudará a reiniciar su concentración.
Si algún estudiante tiene una rabieta o está interrumpiendo tu clase puedes pedirle que salga a dar una vuelta al patio, que de algunos saltos en su lugar, que haga algunas sentadillas o que siga alguna secuencia de movimientos, también puedes enviarlo a dejar algún recado a alguien fuera del salón. Estos cambios de actividad y el movimiento del cuerpo les cambiará el ritmo. Así también puedes ocupar a todo tu grupo en momentos de desorden, incluso puedes practicar algunas posturas de yoga sencillas para combinar respiración y movimiento.
Trabaja en sus emociones
No siempre tenemos que resolver los problemas de conducta en el momento en que se presentan, de hecho podemos prevenirlos y trabajar en ello mucho antes de tener un aula disruptiva. Si creas un espacio para hablar de emociones, de regulación de impulsos y les das a tus alumnos herramientas propias para esos momentos no necesitarás levantar la voz en ningún momento.
Crea un espacio seguro para que tus alumnos expresen cómo se sienten, para que descubran nuevo vocabulario para hablar de sus emociones y también para que aprenden estrategias personales para regularse, como la respiración o el ponerle nombre a lo que están sintiendo.
Puedes ver más sobre inteligencia emocional, da clic aquí: https://soysnte.mx/articulos/como-desarrollar-inteligencia-emocional-en-los-estudiantes
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