Llegaron las vacaciones y muchos niños tienen muy claro cuáles son sus expectativas de verano: pasar tiempo en sus teléfonos, tabletas o consolas de videojuegos, pues esperan que el tiempo libre de las responsabilidades de escuela implique libertad para deslizarse por las pantallas. Como padres y como docentes esto puede causar mucha preocupación en nosotros, pues consideramos que estos equipos no siempre son tan saludables como ellos se imaginan y deseamos que se interesen por otras actividades, tanto en casa como fuera de ella.
Estas preocupaciones son genuinas y legítimas, incluso como adultos nos damos cuenta con facilidad de los efectos que los dispositivos digitales tienen en las personas, desde los cambios de postura hasta el cansancio en la vista al pasar demasiado tiempo sentados frente a la computadora, así que al llegar las vacaciones regular el tiempo que pasan los niños con celulares o tabletas puede ser muy importante para nosotros.
Entender su perspectiva
Antes de imponer ciertas regulaciones en casa con respecto al uso de estos aparatos es importante entender por qué son tan importantes para las nuevas generaciones y tener esto en mente para todas las decisiones que tomemos.
Para los niños que han crecido con esta tecnología a su alrededor, las pantallas no son solamente un recurso más en una lista de juguetes u opciones, tras la pandemia y en un ambiente que se mueve cada vez más a través de la tecnología, las pantallas son su centro de entretenimiento, su principal medio de comunicación, su fuente de información, el sitio en el que fortalecen lazos con sus amigos, donde expresan su identidad, sus emociones y aprenden del mundo. Estos aparatos además proporcionan estímulos que los hacen sentir cómodos, relajados o recompensados a gran velocidad, por lo que es normal que deseen estar más y más tiempo con ellos, pues saben que lo disfrutarán sin importar lo que hagan.
Esto es algo que puede ser tan provechoso como contraproducente, pues es verdad que pasar demasiado tiempo en pantalla tiene ciertos efectos y en el caso de los niños puede limitar el desarrollo de habilidades importantes según la edad que tengan. Así que lograr un balance entre el acceso a algo que para ellos es esencial y el experimentar otro tipo de actividades puede ser complicado, para esto es importante considerarlos, comunicarnos con ellos y escucharlos en todos los acuerdos.
Establecer horarios
Pensar en una prohibición total quizá no es la mejor solución, pero crear horarios en los que el uso de estos aparatos esté permitido libremente o buscar incluirlos en otras actividades que tengan otros beneficios hará sentir a los niños conectados mientras aprovechan otros beneficios de la tecnología.
Es importante que los horarios que establezcan se respeten, esto brindará certeza a los pequeñas de que los acuerdos se cumplen y hará más sencilla la espera, además ayudará a darle estructura al día. Evita darle a los niños los dispositivos cuando necesitas que se distraigan, es mejor esperar al momento del día en el que acordaron que esto se daría. Si los horarios y rutinas del día son cambiantes a lo largo de las vacaciones, procura tener acuerdos preestablecidos o dar una pauta sobre cómo funcionarán las cosas por la mañana, al iniciar el día. Es importante que respetemos lo que les decimos y también escuchar sus razones cuando negociemos tiempos y horarios.
Ofrece otros recursos
Aunque dar espacios sin actividades organizadas es importante para fortalecer la autonomía, la creatividad y el conocimiento de los niños, también es importante que incluso en esos momentos tengan acceso a otros recursos que permitan explorar todos esos temas por sí mismos, tener a la mano colores, hojas de papel, libros o juguetes que impulsen el uso de la imaginación es importante, así ellos encontrarán nuevas rutas para llenar los momentos que quizá consideran vacíos.
Deja también que exploren nuevos lugares en estos momentos, ya sea dentro del hogar o, si te es posible, dentro de la misma comunidad, conocer los recurso naturales con los que cuentan alrededor, los museos, bibliotecas, parques y otros espacios públicos puede ayudar mucho a estimular la imaginación y dejar de lado la dependencia de las pantallas.
Juega con ellos
Los dispositivos móviles permiten a los niños conectarse con sus amigos sin importar la distancia, así como “escuchar” a otros personas en todo el mundo, ver un video, compartir comentarios, jugar en línea, todas actividades son sociales, se sienten acompañados y comprendidos aún si están solamente frente a una pantalla. Una buena manera de ayudarlos a ir más allá de lo que ofrece internet es convivir con ellos frente a frente, en su día a día, jugar con ellos e involucrarnos en los temas que les interesan, aprender de ellos, escucharlos y resolver sus dudas.
También puede servir mucho tener actividades sociales en las que ellos puedan conocer a otros niños, grupos en los que compartan sus intereses e ideas. Así experimentarán algunos de los beneficios de estar en línea, pero en vivo.
¿Crees que las pantallas son herramientas o un reto? ¿Cómo manejas esto con tus estudiantes o con los niños en casa? ¡Comparte con nosotros tus ideas y consejos!