La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) organismo integrante de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), asegura que las crisis mundiales, los conflictos y la emergencia climática están aumentando el riesgo de trata.
Asimismo, menciona que los desplazamientos y las desigualdades socioeconómicas afectan a millones de personas en todo el mundo, que quedan expuestas a la explotación de los traficantes.
Las personas que no gozan de un estatus legal, que viven en la pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación, a la atención sanitaria o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos, o que proceden de comunidades marginadas, son a menudo los principales objetivos de los traficantes.
Además, en el mundo, las medidas, especialmente en los países en desarrollo, parecen estar deteriorándose, ya que las tasas de detección cayeron un 11% en 2020 y las condenas se disminuyeron un 27%, lo cual muestra una ralentización de la respuesta de la justicia penal a la trata.
La pandemia de COVID-19 también alteró las propias características de la trata, empujándola aún más hacia la clandestinidad y aumentando potencialmente los riesgos para las víctimas al hacer menos probable que el delito llegue a conocimiento de las autoridades. De hecho, el 41% de las víctimas que consiguen escapar de su terrible experiencia acuden a las autoridades por iniciativa propia, otra clara señal de que las medidas de lucha contra la trata se quedan cortas.
En el contexto de la trata de personas, dejar atrás a las personas significa:
Se hace un llamado a los gobiernos y a la población en general para que se tome conciencia sobre la delicada situación de las víctimas de la trata de personas para que se inculque la protección de sus derechos. La trata de personas es un delito y una grave violación de los derechos humanos de enorme envergadura, que se da en situaciones de vulnerabilidad.
Recordemos que fue 2013 que la Asamblea General sostuvo una reunión para evaluar el Plan de Acción Mundial. Los Estados miembros adoptaron la resolución y designaron el 30 de julio como el Día Mundial contra la Trata.
La trata de personas se considera como un delito que explota a mujeres, niños y hombres para obligarlos al trabajo forzoso y la explotación sexual.