Valentina Ramírez Avitía nació el 14 de febrero de 1893 en un pueblo llamado San Antonio cerca de Norotal perteneciente al municipio de Tamazula en el estado de Durango.
Su padre se sumó a las filas revolucionarias y Valentina de 17 años, siguió su ejemplo, sin embargo no aceptaban mujeres, por lo que se disfrazó de hombre utilizando ropa de su hermano y escondiendo sus trenzas en un sombrero, también se hizo llamar Juan Ramírez.
Sus biógrafos aseguran que aprendió a montar a caballo y a usar armas y fue al frente con su carabina 30-30 y dos tiras de cartucheras cruzadas sobre el pecho. También, mencionan que combatió de manera valiente en las tropas del general Ramón Iturbide.
Valentina participó de manera valiente en el combate de Puente Pumarejo localizado en Culiacán, esta contienda se ganó y se logró el destierro del gobernador Diego Redo. El oficial Harold Ramírez le iba a otorgar el grado de teniente por su valiente actuación en el campo de batalla pero descubrieron que era mujer y fue expulsada de las filas militares. Sin más opción, decide regresar a su casa pero fue rechazada por sus hermanos ya que no había estado presente en el fallecimiento de su madre.
Valentina se casó en dos ocasiones, de la última enviudó. Vivió en la pobreza, ya que el Estado no le reconoció su aportación en la lucha revolucionaria y por ende no pudo acceder a una pensión como veterana de guerra.
Los cronistas aseguran que Valentina trabajó como empleada doméstica y después se dedicó a lavar y planchar en su pobre casa de Sinaloa. En 1969 fue atropellada por un automóvil y quedó lisiada por el resto de su vida. Aseguran también, que se le veía pidiendo limosna en la plaza y en el mercado de Novolato.
Murió el 4 de abril de 1979 y sus restos fueron depositados en una fosa común del Panteón Civil de Culiacán.
Manuel Maciel Méndez, fundador del Grupo Tamazula que produce la salsa Valentina, comenta que eligió ese nombre para reconocer a "una mujer brava", y quedó como un homenaje a la "Mulán mexicana".