La Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas creó en 1981 el Fondo de Contribuciones Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura, por ello se considera que es el más antiguo de los establecidos en materia de Derechos Humanos.
Este fondo transfiere presupuesto a más de 81 países que cuentan con proyectos que proporcionan servicios a víctimas de la tortura entre los que se encuentran muchos niños.
El Día Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, se celebra en esta fecha, ya que en 1987 se oficializó la Convención de las Naciones Unidas contra la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes.
En esta convención se estableció que la tortura es:
“Todo acto por el cual se inflija intencionadamente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un tercero información o una confesión, de castigarla por un acto que haya cometido, o se sospeche que ha cometido, o de intimidar o coaccionar a esa persona o a otras, o por cualquier razón basada en cualquier tipo de discriminación, cuando dichos dolores o sufrimientos sean infligidos por un funcionario público u otra persona en el ejercicio de funciones públicas, a instigación suya, o con su consentimiento o aquiescencia. No se considerarán torturas los dolores o sufrimientos que sean consecuencia únicamente de sanciones legítimas, o que sean inherentes o incidentales a éstas".
El Fondo busca los medios que contribuyan a sanar las consecuencias físicas y psicológicas de la tortura sobre las víctimas y sus familias, y así restaurar su dignidad y su papel en la sociedad. También se ha convertido en una plataforma de intercambio de conocimientos en el campo de la rehabilitación y reparación de las víctimas. Desde su creación por la Asamblea General en 1981, el Fondo ha financiado a más de 620 organizaciones y centros de rehabilitación de todo el mundo que llegan a más de 50 000 víctimas cada año.