“Si alguna vez hemos necesitado recordar que vivimos en un mundo interconectado, el nuevo coronavirus lo ha hecho”. Filippo Grandi, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
El coronavirus no conoce fronteras ni barreras idiomáticas. Amenaza a todos en este planeta, incluidos los refugiados y otras personas desplazadas.
Los refugiados y otras personas desplazadas son un sector marginado y vulnerable, por lo que se encuentran en un riesgo permanente ante el COVID-19, en virtud de que no cuentan con servicios como el agua y servicios de salud.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), asegura que más del 80 por ciento de los refugiados y de casi todos los desplazados internos del mundo están alojados en países de bajos y medianos ingresos, los cuales se enfrentan a retos enormes para enfrentar el COVID-19. Mantener a los más vulnerables a salvo significa mantener a todos a salvo.
Por lo anterior, la ACNUR está solicitando 255 millones de dólares para apoyar a estos países a prevenir y responder al coronavirus.
El 4 de diciembre de 2000, la ACNUR estableció esta fecha como el Día Mundial del Refugiado.
Recordemos que la ACNUR tiene como objetivo el ayudar a los refugiados y a otras personas desplazadas por la fuerza, a reconstruir sus vidas en paz y con dignidad. Este organismo proporciona protección legal a los refugiados y busca soluciones duraderas a sus problemas, ayudándoles ya sea a regresar voluntariamente a sus hogares o a que se asienten en otros países.
La violencia generada por las guerras internas en los países, es la principal causa de la migración hacia otros naciones.
Su condición y su protección están definidas por el derecho internacional, y no deben ser expulsadas o devueltas a situaciones en las que sus vidas y sus libertades corran riesgo.