ONUSIDA declara que es necesario terminar con las desigualdades que impulsan el sida y otras pandemias en todo el mundo. Sin una acción audaz contra las desigualdades, el mundo corre el riesgo de no alcanzar los objetivos de terminar con el sida para el año 2030 y también, se corre el riesgo de una prolongada pandemia de la COVID-19 y una crisis social y económica cada vez mayores.
Abordar las desigualdades fue un compromiso que se hizo hace mucho tiempo, cuya urgencia no ha hecho más que aumentar. En el año 2015 todos los países se comprometieron a reducir la desigualdad dentro de sus fronteras y entre ellos como parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
La Estrategia Mundial contra el Sida 2021-2026: Poner fin a las desigualdades, poner fin al sida, y la Declaración política sobre el sida adoptada en la Reunión de alto nivel sobre el sida de las Naciones Unidas de 2021 tienen como objetivo acabar con las desigualdades.
Hacer frente a las desigualdades, además de ser un elemento central para acabar con el sida, ayudará a promover los derechos humanos de los grupos de población clave y las personas que viven con el VIH, preparará mejor a las sociedades para vencer la COVID-19 y otras pandemias, y servirá de apoyo para la recuperación económica y la estabilidad. Si cumplimos nuestra promesa de abordar la desigualdad, lograremos salvar millones de vidas y la sociedad en su conjunto saldrá beneficiada.
Terminar con las desigualdades exige un cambio transformador. Las medidas políticas, económicas y sociales tienen que proteger los derechos de todas las personas, y debemos prestar especial atención a las necesidades de las comunidades más marginadas y menos favorecidas.
Sabemos cómo vencer al sida, sabemos cuáles son las desigualdades que obstaculizan el progreso y sabemos cómo abordarlas. Las políticas para abordar las desigualdades se pueden implementar, pero requieren que los líderes sean audaces.
Es hora de que los Gobiernos pasen del compromiso a la acción. Por su parte, los Gobiernos han de promover un crecimiento social y económico inclusivo. Deben eliminar las leyes, las políticas y las prácticas discriminatorias para garantizar así la igualdad de oportunidades y reducir las desigualdades.
En este Día Mundial del Sida, recordemos a nuestros dirigentes políticos que la desigualdad mundial nos afecta a todos, con independencia de quiénes seamos y de dónde vengamos. En este Día Mundial del Sida, vamos a exigir medidas para poner fin a las desigualdades y acabar con el sida y con todas las demás pandemias, que no hacen sino avivarse gracias a dichas inequidades.
Desde 1988 se conmemora este día, ese año fue declarado como el Año de la Comunicación y la Cooperación sobre el SIDA y la Organización Mundial de la Salud (OMS) propuso esta fecha para declararla Día Mundial de la Salud, la cual fue apoyada por las Asambleas Mundial de la Salud y de la General de las Naciones Unidas. En el 2011, se cambió el nombre a Día Internacional de la Lucha contra el SIDA.