La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoce que la cultura es el conjunto de rasgos distintivos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales de una sociedad o un grupo social, y abarca, además del arte y la literatura, estilos de vida, formas de convivencia, sistemas de valores, tradiciones y creencias. Por lo tanto, la cultura está en el centro de los debates contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una economía basada en el conocimiento.
Por lo tanto, en nuestras sociedades cada vez más diversas, es esencial garantizar la interacción armoniosa entre personas y grupos con identidades culturales plurales, variadas y dinámicas, así como su voluntad de convivencia. En este sentido, la diversidad cultural es patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y afirmada para beneficio de las generaciones presentes y futuras.
Los solsticios y equinoccios simbolizan la fertilidad de la tierra, los sistemas agrícolas y de producción alimentaria, el patrimonio cultural y sus tradiciones milenarias, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció que la celebración de estos eventos encarna la unidad del patrimonio cultural y las tradiciones seculares, y que además desempeña un papel importante en el fortalecimiento de los lazos entre los pueblos sobre la base del respeto mutuo y los ideales de paz y buena vecindad.
Asimismo, menciona que los solsticios y equinoccios simbolizan la fertilidad de la tierra, los sistemas de producción agrícola y alimentaria, el patrimonio cultural y sus tradiciones milenarias, la Asamblea General de las Naciones Unidas reconoció que la celebración de esos eventos es una encarnación de la unidad del patrimonio cultural y las tradiciones de siglos de antigüedad. Es gracias a este tipo de celebraciones que se fortalecen los lazos entre los pueblos sobre la base del respeto mutuo y los ideales de paz y buena vecindad.
La palabra solsticio viene de "sol" y "sistere" que significa quedarse quieto, y esto porque el movimiento estacional de la trayectoria diaria del Sol parece "quedarse quieto" en un límite norte o sur antes de invertir la dirección.
Es un evento que ocurre cuando el Sol alcanza su máxima declinación norte o sur en relación con el ecuador. Por lo tanto, hay dos solsticios que ocurren anualmente: uno alrededor del 21 de junio conocido como "Solsticio de verano" por ser el primer día de verano y el día más largo del año y el 21 de diciembre comúnmente conocido como "Solsticio de invierno" por ser el primer día de invierno y el día más corto del año.
Por otro lado, un equinoccio, derivado del latín aequinoctium, de aequus que significa igual y nox noche, se considera comúnmente como el instante en que el Sol está situado sobre el ecuador, y esto ocurre dos veces al año: alrededor del 20 de marzo llamado "Equinoccio de primavera", ya que marca el comienzo de la primavera en la mayoría de las culturas y el 23 de septiembre "Equinoccio de otoño", ya que marca el comienzo de esta estación. Los equinoccios son los únicos momentos en que el terminador solar, es decir, el "borde" entre la noche y el día, es perpendicular al ecuador y, por lo tanto, el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración.
Los solsticios, junto con los equinoccios, están conectados con las estaciones, las cosechas y el sustento. Por lo tanto, muchas culturas celebran diversas combinaciones de los solsticios, los equinoccios y los puntos medios entre ellos, lo que lleva a que surjan varios días festivos en torno a estos eventos.