Su nombre completo fue Emiliano Zapata Salazar, nació en Anenecuilco, Morelos en el seno de una familia campesina propietaria de pequeñas extensiones de tierra.
La educación primaria la recibió en su comunidad, la cual fue limitada. A la edad de 17 años se tuvo que enfrentar a la vida tras la muerte de sus padres. La herencia fue poca pero suficiente para no emplearse en ninguna de las Haciendas latifundistas. Desde muy niño conoció las injusticias que se cometían en contra de los trabajadores de la tierra.
Emiliano desde muy joven comenzó a trabajar en el campo y se dedicó a la ganadería lo que le permitió a él y a su familia a no depender de la Hacienda Azucarera en la que la mayoría de los vecinos se veían obligados a trabajar.
En 1902, ante las injusticias del Hacendado Pablo Escandón hacia los campesinos de Yautepec Morelos, organizó a un grupo y los acompañó a la Ciudad de México para exigir justicia. Cuatro años más tarde asistió a la junta de campesinos para discutir las acciones que se iban a emprender para defenderse de los hacendados. Estas actividades le acarrearon problemas con el Gobierno de Porfirio Díaz se vio forzado a incorporarse al noveno regimiento de Cuernavaca en forma de castigo, a la que se le conocía como leva, y que era frecuente durante el porfirismo.
Una de las causas de Revolución mexicana fue la nefasta política agraria desarrollada por el régimen de Porfirio Díaz. Algunos historiadores, estiman que en 1910, año del estallido la Revolución, más del noventa por ciento de los campesinos carecían de tierras, y que alrededor de un millar de latifundistas daba empleo a tres millones de braceros.
El descontento social se hacía cada día más evidente y en septiembre de 1909 Emiliano Zapara fue electo presidente de la junta de defensa de las tierras de Anenecuilco. Reunió un ejército de peones, la mayoría de ellos indígenas de Morelos, y con "Tierra y Libertad" como grito de guerra pasó a formar parte en 1910 de la Revolución Mexicana.
Por su férrea lucha en contra de la dictadura de Díaz, de los hacendados y e los federales se le conoce también el “Caudillo del Sur”.