Fue proclamado en la ciudad de Ayutla, Guerrero, por Florencio Villarreal, Ignacio Comonfort y Juan N. Álvarez
El descontento generalizado de la población y de la élite política de esa época por la forma de gobernar de Antonio López de Santa Anna desató una serie de manifestaciones públicas y la organización de los políticos opositores a su gobierno.
Entre las acciones que más disgustaron, destaca la expedición del decreto en el que le confería a Santa Anna una serie de prerrogativas propias de un emperador como el permanecer en el poder que él considerara prudente y de nombrar a su sucesor. Algunos historiadores aseguran que obligaba a las personas a que se dirigieran a él como “Alteza Serenísima”.
El Plan de Ayutla consta de nueve artículos, destacando tres: el cese de Santa Anna y sus funcionarios en el ejercicio del poder; designar a un presidente interino, Juan N. Álvarez, y convocar a un congreso extraordinario constituyente para redactar y promulgar una nueva Constitución, de carácter representativa y popular.
Este Plan recibió el apoyo de Benito Juárez, Melchor Ocampo, Ponciano Arriaga y otros liberales desterrados por Santa Anna, que se habían exiliado en los Estados Unidos.
Varios opositores al régimen, entre los que destacan Juan N. Álvarez, Ignacio Comonfort, un ex-insurgente, Florencio Villareal anunciaron el Plan de Ayutla para derrocar a Santa Anna.