A las 10 de la noche del 18 de marzo de 1938, el General Lázaro Cárdenas del Río, Presidente de México, anunciaba por la radio la Expropiación Petrolera en México, con lo cual se daba cumplimiento a lo que establecía el artículo 27 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulgada en 1917.
La decisión para la expropiación se tomó después de que los trabajadores de la industria energética entraron en huelga ya que no contaban con salarios justos, ni prestaciones sociales como servicios de salud. Este movimiento creció y fue apoyado por toda la industria nacional.
Las empresas petroleras, en manos de extranjeros, se negaron a mejorar las condiciones contractuales de los trabajadores. Ante ello, el gobierno lleva a cabo una investigación durante 4 años, en las que se constató defraudación fiscal y ganancias superiores a los 150 millones de pesos, interviene el gobierno por lo que el Presidente Cárdenas exigió un aumento de 26 millones de pesos en salarios, a lo que se negaron las empresas.