La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que el impacto económico provocado por la pandemia de COVID-19 se convertirá en un gran desafío para el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin a la pobreza para 2030. Asimismo, la pobreza podría incrementarse por primera vez desde 1990, llegando a representar un retroceso de aproximadamente una década en los avances alcanzados por algunos países. En algunas regiones, los impactos adversos podrían resultar en niveles de pobreza similares a los registrados hace 30 años. En el escenario más extremo, el número de personas que viven en la pobreza podría aumentar en 420–580 millones.
La pobreza es un fenómeno multidimensional, que entre otras cosas, es también la falta de las capacidades básicas para vivir con dignidad. Las personas que viven en la pobreza experimentan muchas privaciones interrelacionadas que se refuerzan mutuamente, lo cual les impide ejercer sus derechos y perpetuar su pobreza, entre ellas destacan:
Este año es el 27º aniversario de la declaración del Día Internacional por parte de la Asamblea General y también es 32º aniversario del llamado a la acción del Padre Joseph Wresinski, que inspiró la celebración del 17 de octubre como el Día Mundial para la Superación de la Pobreza Extrema y que, 5 años después, conlleva al reconocimiento por las Naciones Unidas del día como el Día Internacional para la Erradicación de la pobreza.
Condiciones de trabajo peligrosas
Vivienda insegura
Falta de alimentos nutritivos
Acceso desigual a la justicia
Falta de poder político
Acceso limitado a los servicios de salud
En 2018, el 8% de los trabajadores del mundo vivían con sus familias con menos de 1.90 dólares diarios por persona.