Para entender más sobre esta celebración, los santos canonizados son para aquellas personas que de acuerdo al catolicismo demostraron en vida virtudes heroicas, es decir si esa persona vivió las virtudes cristianas en grado heroico. La segunda vía es la del martirio, si el fiel sufrió martirio por su fe. La canonización, por su parte, es un proceso por el que la Iglesia católica declara como santo a una persona fallecida.
Los santos no canonizados son personas fallecidas u otras entidades espiritualmente poderosas veneradas como santos, pero no canonizadas oficialmente. Como son santos del "pueblo", o del populus, también se les llama santos populares.
Desde la perspectiva católica, se festeja que las personas fallecidas hayan llegado con Dios, es decir terminan de purificarse y entran al “gozo eterno con Dios”.
Como un dato histórico te compartimos que el origen de esta celebración es de la época del Papa Gregorio III (año 835) y para ello consagró una capilla en la Basílica de San Pedro en honor de todos los Santos, es decir todos los Santos son venerados en un sólo día independientemente de que tengan su propia festividad en el calendario litúrgico. Por ello, en algunas iglesias se exhiben reliquias de Santos que tienen bajo su custodia.
En México, los altares que se elaboran para esta fecha son, en su mayoría, para las almas de los niños muertos, que según la tradición vienen de visita en la madrugada del 1 de noviembre. Las ofrendas para los niños suelen tener juguetes, dulces, pan y la comida que al niño le gustaba mucho.