En este documento se desconocía a Venustiano Carranza como Presidente de la República y a los Gobernadores de varios Estados. Asimismo, convocaba a los gobernadores a que se unieran al movimiento.
Se designó a Adolfo de la Huerta como jefe supremo del Ejército Liberal Constitucionalista y en el Plan se aseguraba que una vez logrado el derrocamiento se convocaría a elecciones.