Nicolás Bravo Rueda, nació el 10 de septiembre de 1786, en la hacienda de Chichiualco, propiedad familiar cercana a Chilpancingo, Guerrero. Sus padres fueron Leonardo Bravo y Gertrudis Rueda, familia terrateniente que constantemente se quejaba de la Corona española por el cobro excesivo de impuesto a los novohispanos.
Desde su juventud se alistó para apoyar a las tropas insurgentes bajo las órdenes de Hermenegildo Galeana, junto a su padre y sus tíos Víctor y Miguel Bravo. También, participó en diversos encuentros de costa a costa, desde Guerrero hasta Veracruz, bajo las órdenes superiores de José María Morelos y Pavón.
En 1812, resistió junto a Morelos el sitio de Cuautla, pero en otro lugar era tomado prisionero su padre Leonardo Bravo por el realista Gabriel Yermo, entregado a Félix María Calleja y conducido por éste en calidad de prisionero hacia la ciudad de México y el 13 de septiembre de 1812, por órdenes del entonces Virrey fue ejecutado por garrote vil, modalidad de castigo considerada una de las más cruentas, infames y degradantes de la época.
Ante la muerte de su padre, Morelos le instruyó a Nicolás Bravo ejecutar en represalia a trescientos prisioneros realistas que estaban bajo su custodia, pero Bravo los indultó, con lo cual se ganó el título de “Héroe del Perdón”.
A la muerte de Morelos, Bravo decidió seguir levantado en armas, pero cayó preso y más tarde liberado.
Se unió al Plan Iguala, proclamado por Iturbide y Guerrero. Al lograrse la independencia de la Corona española fue nombrado consejero de Estado, por el Congreso Constituyente.
Después de la abdicación de Iturbide, formó parte del Poder Ejecutivo. En 1824, durante el primer gobierno republicano de Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo ostentó el cargo de vicepresidente. Cuatro años después combatió a Vicente Guerrero cuando éste desconoció el gobierno de Manuel Gómez Pedraza, entonces fue capturado, juzgado y desterrado del país; exiliado en países recién independizados de América del Sur
Regresó a México cuando se gestaba la insurrección en contra de Vicente Guerrero en 1829.
A Nicolás Bravo se le considera como de los políticos conservadores de mayor influencia en el país, en los primeros años del México independiente, además de que fue dirigente de la logia masónica escocesa.
Combatió la insurrección de Texas que derivó finalmente en su independencia, sustituyó en dos ocasiones a Antonio López de Santa Anna en la presidencia de la República, la primera en 1839 y la segunda entre 1842 y 1843; en 1846, también sustituyó en la titularidad del Ejecutivo Federal a Mariano Paredes.
Cuando sustituyó a Santa Anna en la presidencia, intentó anular las disposiciones establecidas por éste.
Nicolás Bravo combatió en la invasión norteamericana en la defensa de Puebla, Tabasco, Oaxaca y Veracruz. En 1847, organizó la defensa de la Ciudad de México y, con menos de un millar de hombres defendió el Castillo de Chapultepec perdiendo la batalla por lo que fue hecho prisionero y, posteriormente, acusado de cobardía por el propio Santa Anna.
Bravo se retiró, cansado, a su hacienda natal, Chichihualco, donde murió el 22 de abril de 1854, precediendo por sólo tres horas a su esposa Antonina Guevara. Lo cual suscitó una serie de rumores de que detrás de sus fallecimientos habría estado la mano de Antonio López de Santa Anna, quien habría ordenado su envenenamiento.
Fue declarado Benemérito de la Patria. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia en la Ciudad de México.