La Organización de las Naciones Unidas (ONU) menciona que el año 2023 fue el más mortífero para los trabajadores humanitarios desde que se tienen registros y estima que este 2024 puede ser aún peor. Estos hechos ponen al descubierto una verdad evidente: el mundo está fallando a los trabajadores humanitarios y, por extensión, a las personas a las que sirven.
A pesar de las leyes internacionales universalmente aceptadas para regular los conflictos armados y limitar sus efectos, las violaciones de estas normas continúan sin cesar, sin siquiera cuestionarlas o controlarlas. Y mientras los civiles, incluidos los trabajadores humanitarios, pagan el precio con sus propias vidas, los perpetradores continúan evadiendo la justicia.
No se puede permitir que continúe este fracaso de quienes están en el poder. Deben cesar los ataques contra los trabajadores humanitarios y sus medios e instalaciones. Deben cesar los ataques contra civiles e infraestructuras civiles.
En este Día Mundial de la Asistencia Humanitaria exigimos el fin de estas violaciones y de la impunidad con la que se cometen. Es hora de que quienes están en el poder pongan fin a la impunidad. Deben #ActúarPorLaHumanidad.