Uno de los antecedentes importantes para que se llevaran a cabo las elecciones extraordinarias, fueron sin duda, la firma de los Tratados de Ciudad Juárez, los cuales los rubricaron Francisco S. Carvajal, representante del gobierno del General Díaz, así como Francisco I. Madero, Francisco Vázquez Gómez y José María Pino Suárez, como representantes del movimiento revolucionario.
En el documento se estableció la renuncia voluntaria de Porfirio Díaz a la Presidencia de la República y se acordó el cese de las hostilidades entre las fuerzas federales y las revolucionarias.
Porfirio Díaz presenta su renuncia a la Presidencia el 25 de mayo de 1911 dejando a Francisco León de la Barra, en su lugar quién era el Secretario de Relaciones Exteriores.
En cumplimiento a los Tratados de Ciudad Juárez y a la Constitución de 1857, León de la Barra convocó a elecciones extraordinarias para elegir al presidente y vicepresidente de la República, quienes habrían de concluir el período 1910-1916.
Se llevó a cabo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales donde Francisco I. Madero, candidato del Partido Constitucional Progresista, triunfó en los comicios con el 99 por ciento de los sufragios y se convirtió en presidente constitucional. Según las crónicas de ese tiempo, las elecciones se llevaron a cabo en ambiente tranquilo.
Madero tomó posesión del cargo el 6 de noviembre en la primera elección libre y democrática en la historia moderna de México.