Según las últimas estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), muestran que el trabajo forzoso y el matrimonio forzado se incrementaron considerablemente en los últimos cinco años. En 2021 se registraron a 10 millones más de personas en situación de esclavitud moderna en comparación con 2016, lo que eleva el total a 50 millones en todo el mundo. Las mujeres y los niños siguen siendo los más vulnerables.
A pesar de no estar definida en la ley, la esclavitud moderna se utiliza como un término general que abarca prácticas como el trabajo forzoso y el matrimonio forzado. Con ella, se hace referencia a situaciones de explotación en las que una persona se encuentra y no puede rechazar o abandonar debido a amenazas, violencia, coerción, engaño o abuso de poder.
La esclavitud moderna se da en casi todos los países del mundo, y atraviesa líneas étnicas, culturales y religiosas. Más de la mitad de todos los trabajos forzados y una cuarta parte de todos los matrimonios forzados se encuentran en países de renta media-alta o alta.
La servidumbre ha adquirido formas diferentes a lo largo de la historia. En la actualidad, persiste tanto en sus formas tradicionales como en otras nuevas modalidades, como:
Trata
Trabajo forzoso
Matrimonio forzado
Trabajo infantil
La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó el 2 de diciembre de 1949 el Convenio para la represión de la Trata de Personas y la Explotación Ajena. Por ello en 1985 la ONU proclamó esta fecha como el Día Mundial para la Abolición de la Esclavitud. Y en 1995 se le denomina el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud.
Con esta celebración se busca que los gobiernos y sociedad en conjunto realicen acciones para erradicar las formas de esclavitud como la trata de personas, la explotación sexual, trabajo infantil, el matrimonio forzado de niños, explotación laboral y el reclutamiento forzado de niños para que formen parte de los conflictos armados.