La Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) convocan a los gobiernos, organizaciones civiles y sociedad en general para que lleven a cabo acciones que terminen con el estigma que sufren las personas con trastornos mentales o comportamiento suicida, una de las principales barreras para prevenir el suicidio.
Estos organismos, mencionan que el suicidio es un problema de salud pública importante pero a menudo descuidado, rodeado de estigmas, mitos y tabúes. Cada caso de suicidio es una tragedia que afecta gravemente no sólo a los individuos, sino también a las familias y las comunidades. Cada año, más de 703 mil personas se quitan la vida tras numerosos intentos de suicidio, lo que corresponde a una muerte cada 40 segundos. Desde que la OMS declaró al COVID-19 como una pandemia en marzo de 2020, más individuos experimentan pérdida, sufrimiento y estrés. Centrarse en la prevención del suicidio es especialmente importante para crear vínculos sociales, promover la toma de conciencia y ofrecer esperanza. Acercarse a los seres queridos por su salud mental y su bienestar podría salvarles la vida.
En el mundo, el suicidio se situó en el 1.8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en el 2020 representa el 2.4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas.
Actualmente, el suicidio se considera como una de las 20 principales causas de muerte en el mundo y sus víctimas no tienen un rango de edad. En México, 5 personas de 100,000 mueren por esta condición.
El suicidio es en gran medida prevenible. Es una de las tres causas principales de muerte entre las personas en edad económicamente más productiva, de 14 a 44 años, y la segunda causa principal entre jóvenes y adolescentes, de 15 a 19 años.
No siempre puedes saber si alguien cercano a ti está pensando en el suicidio, pero hay algunas señales de alerta que te pueden hacer sospechar: