La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que para fortalecer una transición justa hacia un futuro sostenible se debe garantizar que el avance hacia economías bajas en carbono beneficie a todos, especialmente a los más vulnerables.
Asimismo, menciona que se requiere un enfoque holístico que entrelace la sostenibilidad medioambiental con la justicia social, garantizando que los trabajadores, los pueblos indígenas y las comunidades marginadas reciban el apoyo que necesitan, a través de la reconversión profesional, la creación de empleo y fuertes medidas de protección social. La descarbonización y la transformación económica deben ir de la mano de políticas que luchen contra la pobreza, reduzcan la desigualdad y abran oportunidades para todos.
Este organismo hace un llamado para integrar los principios de transición justa en las políticas nacionales y mundiales. Cuando estos principios se incorporan a los programas de desarrollo sostenible, como los debatidos en la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social, los responsables de políticas pueden crear un entorno más justo en el que los costos del cambio se compartan equitativamente. Por ejemplo, la formación ecológica y la protección social integral, junto con la diversificación económica impulsada por las comunidades, pueden contribuir a garantizar que el declive de las industrias de combustibles fósiles no provoque desempleo a largo plazo o un aumento de la desigualdad social. Por el contrario, estas medidas reorientan las inversiones hacia sectores ecológicos emergentes, creando una mano de obra resistente y una sociedad más equitativa.
La ONU asegura que el fortalecimiento de una transición justa consiste en reimaginar nuestros sistemas económicos y medioambientales para dar prioridad tanto a las personas como al planeta. Es un llamamiento a cambiar el enfoque de la simple descarbonización a la redistribución de oportunidades y recursos para que el crecimiento sostenible beneficie a todas las personas. Mediante la acción colectiva y políticas inclusivas, podemos crear un futuro en el que la integridad medioambiental y la equidad social vayan de la mano, constituyendo los cimientos de una economía mundial verdaderamente sostenible.
La Asamblea General de la ONU proclamó en 2007 esta fecha como el Día Mundial de la Justicia Social para que los países miembros realicen acciones para erradicar la pobreza, promover el trabajo decente, la igualdad de sexos y el acceso al bienestar social y a la justicia social.