De acuerdo a las cifras de la Organización de las Naciones Unidas, más del 70% de la población mundial vive en países con una creciente desigualdad de ingresos, incluidos los pueblos indígenas que ya se enfrentan a altas tasas de pobreza y graves desventajas socioeconómicas.
Los altos niveles de desigualdad están generalmente asociados con la inestabilidad institucional, la corrupción, las crisis financieras, el aumento de la delincuencia y la falta de acceso a los servicios de justicia, educación y salud. Para los pueblos indígenas, la pobreza y las grandes desigualdades tienden a generar tensiones y conflictos sociales.
La erradicación de la pobreza y la reducción de las desigualdades están en el centro de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. La sociedad en general y de manera conjunta con sus respectivos gobiernos tienen que contribuir al rediseño de un nuevo contrato social que sirva a los intereses de “Nosotros, los pueblos”.
La ONU asegura que es un derecho de los pueblos indígenas su participación activa en la adopción de decisiones, y esto es un componente clave para lograr la reconciliación entre los pueblos indígenas y los Estados. Por lo tanto, un nuevo contrato social debe combatir la exclusión y marginación que afecta a estas comunidades, a través de su participación, incluyendo la obtención de su consentimiento previo, libre e informado. Ello conducirá al cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.
Además, la pandemia de COVID-19 mostró aún más los efectos de las crecientes desigualdades y por tanto, dio entrada a la discusión sobre la urgente necesidad de repensar un nuevo contrato social.
La ONU asegura que actualmente existe una oportunidad única para reconstruir un mundo más igualitario y sostenible, basado en una participación genuina e inclusiva que fomente la igualdad de oportunidades para todos y respete los derechos, la dignidad y las libertades de todos.
Para los pueblos indígenas afectados de manera desproporcionada por COVID-19 en todo el mundo, los planes para reconstruir mejor y repensar los contratos sociales debe incluir escuchar sus voces, necesidades y preocupaciones, obteniendo su consentimiento previo, libre e informado, e incluir los derechos colectivos e individuales de pueblos indígenas reconocidos en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
El 23 de diciembre de 1994 la Asamblea General proclamó el 9 de agosto como el Día Internacional de las Poblaciones Indígenas.
Los pueblos indígenas son uno de los sectores de la población más vulnerables del mundo por lo que es esencial crear conciencia para que sus entornos naturales, sociales y culturales sean conservados, valorados y respetados.