En la administración del Presidente Manuel Ávila Camacho se promulga la Primera Ley Federal de Educación. Una de sus características es que en ella se estableció que las universidades e institutos de educación superior, particulares o autónomos, se administrarían por sus propias leyes y estatutos quedando exentos de la ley.
Asimismo, estableció, entre otras cosas, que "los educadores no podrán, so pretexto de combatir el fanatismo y los prejuicios, atacar las creencias religiosas lícitas de los educandos garantizadas por el art. 24 de la Constitución."
Además, que la Secretaría de Educación Pública (SEP), podía revocar o clausurar discrecionalmente las autorizaciones otorgadas a las escuelas particulares, cuando no cumplieran con la Ley.
En su Artículo 82, menciona al Instituto de Mejoramiento Profesional como el responsable de la profesionalización de los maestros en servicio que no contaban con los estudios requeridos para la docencia.
Con esta nueva Ley, los planes y programas comenzaron a modificarse para que fueran iguales en todas las regiones del país.
Las misiones culturales reabrieron sus puertas en 1942 y después pasaron a ser parte de la Dirección General de Alfabetización y de Educación extraescolar.
Los expertos en el tema aseguran que tres fueron los objetivos en materia educativa y que se establecieron en esta Ley:
1. La eliminación de la coeducación.
2. Revisar el Artículo Tercero Constitucional que establecía la educación socialista.
3. Unificar los programas de educación tanto rural como urbana, confirmando con ello el cambio de rumbo que empezaba a dar la política educativa gubernamental.