La Organización de las Naciones Unidas (ONU) asegura que conseguir la igualdad de género y empoderar a las mujeres rurales no solo es lo correcto, sino que es un ingrediente fundamental en la lucha contra la pobreza extrema, el hambre y la desnutrición.
Y es que, si las mujeres rurales tuvieran el mismo acceso que los hombres a los recursos, la producción agrícola en los países en desarrollo aumentaría entre 2.5% y 4% y el número de personas desnutridas en el mundo disminuiría aproximadamente entre un 12% y un 17% de acuerdo a la La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Las mujeres rurales son discriminadas en lo que respecta a la propiedad, la remuneración, la toma de decisiones o el acceso a recursos y mercados.
De acuerdo al último informe de ONU Mujeres al respecto, el impacto a los mercados alimentario y energético no ha hecho sino intensificar las disparidades de género, provocando tasas de inseguridad alimentaria, desnutrición y pobreza energética.
Las interrupciones mundiales del suministro de petróleo, gas y materias primas, junto con los vertiginosos precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes, han provocado una crisis del costo de vida que amenaza la subsistencia, la salud y el bienestar de las mujeres, especialmente las rurales.
Los aumentos alarmantes de la violencia de género, el sexo transaccional para la alimentación y la supervivencia, el matrimonio infantil y las cargas de trabajo doméstico y de cuidados no remuneradas de las mujeres y las niñas están poniendo en peligro aún más su salud física y mental.
Este Día Internacional cuya temática es "Las mujeres rurales se enfrentan al incremento mundial del coste de la vida", se busca que los gobiernos y la sociedad en general atiendan sus demandas; reconocer su importante labor en el suministro de alimentos y servicios en zonas menos desarrolladas; y crear conciencia para que cuenten con las mismas oportunidades que los hombres.
En promedio, las mujeres representan algo más del 40% de la fuerza laboral agrícola en los países en desarrollo, pudiendo llegar a más del 50% en determinadas partes de África y Asia.
Menos del 15% de los propietarios de tierras en todo el mundo son mujeres. En algunos países, más del 50% de las niñas de familias rurales pobres se casarán siendo niñas.