Después de que Antonio López de Santa Anna perdiera la batalla de San Jacinto en contra del ejército norteamericano comandado por Samuel Houston, fue hecho prisionero. Lo cual fue decisivo para la Independencia de Texas de México, ya que Santa Anna firmó los Tratados de Velasco a cambio de su libertad.
Estos tratados son una serie de acuerdos, en el que obliga a Santa Anna a reconocer la Independencia y lo compromete a su retirada definitiva no sólo militar sino en no interferir en las cuestiones políticas. Asimismo, se establecieron los límites entre el Estado Mexicano y el texano en el Río Bravo y entre Tamaulipas y Texas.
El tratado se firmó en Velasco, Texas, y estuvo a cargo del presidente interino de Texas, David Brunet.