Eran Rosa y María, fueron colaboradoras de Carmen Serdán, quien se sumaron a la lucha en contra de Porfirio Díaz, fabricando bombas con pólvora y dinamita para beneficio de los revolucionarios.
Se les considera como las primeras mujeres colaboradoras del movimiento anti porfirista. Después de la detención de Carmen Serdán y de la muerte de Aquiles Serdán, se dedicaron a la distribución clandestina de armas y también fungieron como correo.