realizó en la Ciudad de México donde también aprendió el francés e inglés. A los 19 años comenzó a escribir poemas.
Es importante mencionar que su familia no era tradicionalista, pues era hija del estadunidense Santiago Wright, hombre de negocios que atendía una línea de transporte entre México y Acapulco e importaba herramientas agrícolas, administraba haciendas y poseía una mina en Taxco, lugar donde nace.
No tuvo acceso a la educación superior, en esa época no existían instituciones para mujeres, sin embargo su padre se la proporcionó y así aprendió literatura, historia e idiomas en casa.
A los 22 años contrajo nupcias con el alsaciano Sebastián Kleinhans, quien había llegado a México durante la intervención francesa y con quien procreó a su única hija, Margarita Kleinhans.
Al casarse con Kleinhans halló una nueva forma de prestar ayuda asistiendo a sectores femeninos desfavorecidos, principalmente las obreras. Su esposo fue miembro destacado de La Sociedad Filantrópica y desde este lugar respaldó a mujeres de escasos recursos, instalando talleres con máquinas de coser para realizar trabajos de costura.
Cabe destacar que en esta labor se aliaron con distintas personalidades, como Carmen Romero Rubio, esposa del presidente Porfirio Díaz, quien financió la “Casa Amiga de la Obrera” cuyo principal objetivo era auxiliar a los hijos de las obreras.
Además tanto Laureana como Carmen Romero Rubio beneficiaron a la Asociación Mutualista de Obreras Mexicanas “La Buena Madre”. En esa época era común y muy bien visto que damas de sociedad organizaran actividades culturales para obtener recursos, en este caso con el Conservatorio Nacional de Música, que llevaba a sus mejores alumnos, entre los que destacaba Margarita Kleinhans, que en ese momento ya sobresalía en la ejecución del violín y el piano.
A Laureana Wright se le conoce por sus ideas liberales. De 1887 a 1889 fue directora de la Revista Violetas del Anáhuac, donde describió el problema del sufragio femenino y la igualdad de sexos.
También se le considera como la precursora del periodismo femenino, ejerció este oficio en el periódico Diario del Hogar donde escribía severas críticas al presidente.
Para Laureana Wright, era importante la discusión sobre la educación femenina como el principio que demuestra la igualdad intelectual entre hombres y mujeres. Asimismo, defendía el derecho de la mujer para participar en cualquier actividad o profesión desempeñada por un hombre.
Fue periodista en publicaciones como: El Monitor Republicano, El Bien Público y El álbum de la mujer. Además, fue socia honoraria de la Sociedad Nezahualcóyotl a petición de Gerardo Silva y Manuel Acuña. En 1872 ingresó a la Sociedad Científica El Porvenir. En 1873 se le nombró socia del Liceo Hidalgo por petición de Ignacio Ramírez y Francisco Pimentel y en 1885 se le distinguió como socia honoraria del Liceo Mexicano así como del Liceo Altamirano de Oaxaca.
Murió en la Ciudad de México a los 49 años.