En 1846, México libraba una guerra contra los Estados Unidos de Norteamérica. Este conflicto se debió a que el país vecino pretendía apropiarse de parte de territorio mexicano, lo cual se dio, primero con el establecimiento de la República de Texas, aún siendo territorio mexicano, después con la apropiación de una parte de los estados de Coahuila y de Tamaulipas y finalmente con la anexión de Texas.
El batallón de San Patricio se conformó por soldados irlandeses (cientos) que se unieron a México para defenderlo de la intervención norteamericana. Este valiente batallón fue comandado por John O’Reiley, quien era irlandés, que viajó a los Estados Unidos en busca de una mejor vida e ingresó al Ejército y cuando alcanzó el grado de Teniente fue enviado a la guerra contra México. El grupo del que estaba al frente en su mayoría eran irlandeses y alemanes católicos y no protestes, por ello, sufrieron humillaciones y malos tratos por parte de otros grupos militares. Los historiadores consideran que esto fue uno de los motivos por los que desertaron y se unieron a las huestes mexicanas, siempre al mando de O´Reiley.
El nombre del Batallón lo tomaron en honor al Santo Patrono de Irlanda. Este grupo de valientes soldados participó en varias batallas. Muchos de ellos fueron apresados por el ejército norteamericano, juzgados njuiciados y ahorcados por desertores.
El 29 de abril de 1999, el Congreso de la Unión declaró a estos soldados como “Beneméritos de la Patria” en grado heroico y, para honrarlos, se les dio el nombre genérico de “Defensores de la Patria 1846-1848”. Esa leyenda se fijó con letras de oro en el Muro de Honor del edificio sede del Poder Legislativo, junto con el nombre “Batallón de San Patricio”. Así, se establece el 12 de septiembre como la fecha de conmemoración de la gesta heroica del Batallón de San Patricio.