Emiliano Zapata no vio cumplidas sus expectativas y los acuerdos que habían establecido como parte de los compromisos que defendía el Plan de San Luis. Ante esta situación, Zapata decidió proclamar un plan en el que se expusiera los alcances y razones de la lucha zapatista, por lo que encargó la elaboración del documento al profesor Otilio Montaño, uno de sus principales hombres de confianza y colaborador, una vez redactado fue discutido con el propio Zapata, hasta que el 28 de noviembre de 1911 fue promulgado el Plan de Ayala.
Este pronunciamiento es un claro manifiesto de la rebelión zapatista contra Francisco I. Madero donde lo desconoció como presidente, ya que lo consideró como traidor a las causas campesinas.
En este documento, Emiliano Zapata acusó a Francisco I. Madero de traicionar al pueblo, luego de que éste derramara su sangre, con lo que quien se erigió presidente “ultrajó la fe, la causa, y la justicia”.
Los historiadores señalan que el Plan de Ayala, es un documento de enfoque social y político el cual se presentó como un “plan libertador de los hijos del Estado de Morelos” que reclamó el incumplimiento del Plan de San Luis y llamó a “continuar la Revolución principiada por él”, hasta el derrocamiento definitivo del régimen dictatorial.
Este manifiesto expuso los objetivos de la rebelión agraria de los zapatistas:
Restitución de las tierras robadas a los campesinos durante el periodo porfirista
Reparto agrario utilizando las tierras de las grandes haciendas
Emiliano Zapata proclama el Plan de Ayala, el cual reivindica los derechos de los campesinos.