La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) asegura que las reservas de biosfera son “lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible”. Son sitios donde se intentan aplicar enfoques interdisciplinarios que permitan entender y gestionar los cambios y las interacciones que se producen entre los sistemas sociales y ecológicos, entre los cuales se encuentran la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad.
Asimismo, menciona que son espacios que aportan soluciones locales a problemas mundiales. Las reservas de biosfera cuentan con ecosistemas terrestres, marinos y costeros. Cada sitio propone distintas soluciones para conciliar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible.
Las reservas de biosfera son designadas por los Gobiernos nacionales y están bajo la jurisdicción soberana de los Estados en los que se sitúan. La designación de las reservas de biosfera queda a cargo de la Directora General de la UNESCO a través del programa intergubernamental MAB, siendo el Consejo Internacional de Coordinación del MAB (MAB-ICC) el que toma la decisión. Su estatus está reconocido internacionalmente, y los Estados Miembros pueden presentar la candidatura de nuevos sitios a través del proceso de designación.
Las Reservas de la Biósfera son aquellos espacios de nuestro planeta que poseen recursos naturales y representan la diversidad de hábitats, albergan una amplia variedad de ecosistemas y de biodiversidad. Estos representan los espacios con mayor concentración de vida silvestre, tanto de flora como de fauna. Estas reservas protegen un total de más de 7 millones de km², una extensión que equivale aproximadamente a la superficie de Australia.
Las reservas de biosfera involucran a las comunidades locales y a todas las partes interesadas en la planificación y gestión. Las tres funciones principales que contribuyen al sostenimiento de las comunidades y su vinculación con su equilibrio natural son: la conservación de la biodiversidad y la diversidad cultural, el desarrollo económico sociocultural y ambientalmente sostenible, y el apoyo logístico que sustenta el desarrollo a través de la investigación, el seguimiento, la educación y la formación.
Las reservas de biosfera implican a las comunidades locales y a todos los organismos interesados en su planificación y gestión y sus tres “funciones” principales son:
Las reservas de biosfera aportan soluciones locales a los desafíos mundiales al crear vínculos entre:
Celebrar este día con el objetivo urgente de que sea una llamada de atención sobre el enfoque del desarrollo sostenible en la vida y como ejemplo para contrarrestar las graves consecuencias del calentamiento global y el cambio climático.
La UNESCO proclamó el 3 de noviembre Día Internacional de las Reservas de la Biósfera, con la finalidad de destacar la importancia de estos espacios naturales en la conservación de los ecosistemas y la biodiversidad, promoviendo la investigación, el desarrollo sostenible y la toma de decisiones sobre el cuidado del medio ambiente.
Este día internacional fue proclamado por primera vez en 2021 por iniciativa de la Comisión de Ciencias, siendo aprobada en la 41ª Conferencia General de la UNESCO pero los antecedentes de se remontan a 1974 cuando este organismo internacional, con el apoyo de los gobiernos de varios países, creó las Reservas de Biósfera, con la finalidad de propiciar la gestión equilibrada, justa y equitativa de estos espacios, evitando la explotación de recursos naturales de manera indiscriminada y conservar los ecosistemas del planeta.