Nació en Xochipala, municipio de Zumpango del Río y fue la menor de los tres hijos del matrimonio de Casimiro Robles y Josefa Ávila.
Amelia tuvo la oportunidad de estudiar la primaria y recibir una buena educación católica al formar parte de la Sociedad de las Hijas de María de la Medalla Milagrosa, una congregación dedicada a profundizar la formación espiritual de las jovencitas. Fue en esta institución donde aprendió a coser, lavar y planchar como cualquier otra niña de su época.
Desde niña siempre eligió las actividades, que para su época eran solo para hombres como montar, domar y lazar caballos, ordeñar y manejar armas, además de preferir vestir como hombre, por lo que se le comenzó a decir que “era medio hombrada”.
A Amelia Robles Ávila se le considera como una de las primeras mujeres en nuestro país en demostrar de manera abierta sus preferencias sexuales por las mujeres.
Decidió unirse a la lucha revolucionaria, en las filas zapatistas, donde fue muy querida por Emiliano Zapata. A la edad de 24 años, adoptó una identidad masculina y se hizo llamar “Amelio”. Su participación dentro de la Revolución se centró en tareas de mensajería, contrabando de armas y víveres, lucha armada y misiones especiales, como conseguir financiamiento de las empresas petroleras para la causa revolucionaria.
Sus biógrafos aseguran, que en su expediente personal en los archivos militares incluye un acta de nacimiento falsa, proporcionada por el mismo Amelio, donde se certifica que nació hombre y aunque era del dominio público que nació mujer, el ejército lo registró como hombre. Así, Amelio Robles se convirtió en la primera persona transgénero en ser reconocida por el Estado.
En la Revolución consiguió 3 estrellas, luego recibió honores por parte de los expresidentes Adolfo López Mateos, Manuel Ávila Camacho y Luis Echeverría.
Sostuvo una relación con una mujer llamada Ángela Torres, de Apipicuilco Guerrero y ambas tuvieron una hija adoptiva, Regula Robles Torres.