La flor amarilla/naranja que adorna todas las ofrendas a lo largo y ancho del país es tan característica y diversa que además de las ofrendas, los camposantos y las calles durante la temporada, también está presente en la cocina, los cosméticos, la medicina, etc. Su nombre también es muy importante para la identidad de esta flor, que además de su característico color y aroma, posee un nombre tan mexicano que para algunos es difícil de pronunciar y para otros es muy difícil descifrar su ortografía.
Cempohualxochitl es la raíz de esta flor y en náhuatl significa “flor de veinte flores”, se dice que el antiguo pueblo mexica relacionaba los colores de sus pétalos con el sol y el atardecer, además, según algunas crónicas, estaba presente en muchas ceremonias religiosas distintas, aunque también en los remedios naturales. En las ofrendas tradicionales se usan los pétalos de esta flor para guiar a almas de los difuntos hasta el altar que se ha puesto para ellos.