El aburrimiento es un mal cotidiano, especialmente si estamos obligados a pasar tiempo en casa cuando estamos acostumbrados a salir, ir de un lado a otro, caminar, ir al cine, etc. Así que es normal que nos sintamos aburridos, como ostras.
¿Por qué usamos esta expresión tan curiosa para expresar un aburrimiento extremo? Aunque podemos pensar en los moluscos de concha que comemos en la playa, el dicho, en realidad, viene de la antigua grecia, donde se exiliaba a las personas que se consideraban nocivas para la sociedad. Al proceso en el que se votaba por esta decisión se llamaba ostrakismós, que evolucionó en “ostracismo”. Los exiliados eventualmente se aburrían al estar solos. De ahí el origen del dicho. ¡No te aburras!