En español tenemos esta expresión para dar fe de que algo está ahí de principio a fin, completo, por ejemplo, los niños se aprenden las tablas de multiplicar de pe a pa (o eso quisiéramos), pero ¿de dónde sacamos esta expresión?
Esta es una expresión muy vieja y presente en la lengua de Cervantes desde hace siglos, tanto que la vemos aparecer en La Celestina, de Fernando de Rojas, escrita en 1499. Aunque el origen es un tanto incierto, como tantas cosas en la lengua, algunos explican que podría deberse a una leyenda que dejaban los copistas medievales, que al transcribir un texto agregaban al final de su trabajo: “de palabra a palabra”, que luego se abrevió a “de P. a P.”