La adoración o el culto a la Cruz Parlante surgió a mediados del Siglo XIX durante la Guerra de Castas. La leyenda surge tras la aparición de una cruz tallada en madera de menos de 10 centímetros, la cual le habló a la población maya para impulsarlos a luchar por su liberación, esto sucede en medio de la Lucha de Castas.
De acuerdo a los historiadores, existe el relato de que a José María Barrera, un mestizo expulsado de Kampocolché, colocó la cruz en una pequeña plataforma, y ayudado por Manuel Náhuat, quien tenía facultades de ventrílocuo, respondía a los mayas que frecuentaban el cenote y pedían a su Dios que los liberara. Luego de la muerte del intérprete y la desaparición de Barrera, la cruz se comunicó por escrito mediante un secretario llamado Juan de la Cruz Puc.
Hoy en día, la creencia y la fe de los mayas en la Cruz Parlante sigue vigente. En Felipe Carrillo Puerto y la Zona Maya existen diversas Iglesias y Centros Ceremoniales donde se venera a la Cruz Parlante, sin embargo, la iglesia principal en la que se encuentra la Cruz Parlante es en el santuario de Tixcacal Guardia. Además, se tiene el registro de alrededor de 120 dignatarios que la profesan y que guían al pueblo en esta creencia
En esta fecha tan especial, los Mayas adornan las cruces con huipil y listones, y en los lugares en los se realiza la ceremonia está prohibido entrar con zapatos, sombreros o gorras. Los altares se levantan en casa y en las milpas, ya que también en esta fecha inicia la temporada de lluvias lo que le da un sentido de prosperidad para el campo.