El 5 de noviembre de 1819, rechazó, frente a su padre, el indulto que le ofrecía el Virrey Juan Ruiz de Apodaca con su célebre frase: “Señores, este es mi padre, ha venido a ofrecerme el perdón de los españoles y un trabajo como general español. Yo siempre lo he respetado, pero la Patria, es primero”.
Iturbide a través de una carta, invita a Vicente Guerrero a rendirse, pero Guerrero se niega y se lo hace saber por medio de una misiva que envía el 20 de enero de 1821, pero no solo rechaza el indulto sino que también le ofrece apoyar para lograr la Independencia de México.
A finales de enero, Iturbide comienza una intensa labor epistolar para difundir sus planes de independencia a diversas personalidades.
El 4 de febrero, Iturbide invita a Guerrero a una reunión, la cual se lleva a cabo el 10 de febrero en Acatempan, municipio de Teloloapan. En esta reunión ocurre el episodio conocido como el “Abrazo de Acatempan” que se da en el marco de la guerra de Independencia de México y que celebra la unión de dos de los personajes más importantes de ese momento histórico para México, Agustín de Iturbide, comandante del ejército virreinal de la Nueva España, y Vicente Guerrero, jefe insurgente del ejército del Sur. Derivado de esto, formaron el Ejército Trigarante con el que llegaron hasta el final de la guerra en 1822.
Vicente Guerrero trabajó con los gobiernos de Iturbide y Guadalupe Victoria, y en 1829, ocupó la presidencia de la República entre las protestas de españoles que argumentaron que no era español ni indígena, sino que pertenecía a las “castas”, con ancestros africanos.
Durante su gobierno, que sólo duró ocho meses, tuvo que enfrentar situaciones difíciles el intento de reconquista por los españoles en Tampico, así como una fuerte oposición de la prensa y otros sectores que alentaron la rebelión dirigida por el vicepresidente Anastasio Bustamante, quien fue apoyado por Santa Anna y Lucas Alamán.
La defección del cuartel de la Ciudad de México obligó al Congreso a desconocer al presidente, por lo que Guerrero se convirtió en prófugo de la ley y fue perseguido hasta las sierras del sur, donde se había refugiado.
El ministro de Guerra, Antonio Facio, hizo un acuerdo secreto con el marino genovés Antonio Picaluga y el 14 de enero de 1831, en Acapulco, el general fue invitado a comer a bordo del Columbus en donde fue detenido, encadenado y llevado a Huatulco. Lo trasladaron a la ciudad de Oaxaca, donde se le acusó de rebelión, usurpación e, incluso, por intentar vender Texas a Estados Unidos.
Vicente Gerrero fue fusilado el 14 de febrero de 1831 en el pueblo de Cuilapam, Oaxaca, a los 39 años de edad, sin un juicio legal ni defensa.