El latín se considera una lengua muerta, lo cual quiere decir que no existen hablantes que la utilicen en su vida diaria, aunque también es una de las lenguas más estudiadas debido a su importancia histórica y lingüïstica, además de que la Iglesia Católica la llevó a oídos de muchos feligreses durante varios siglos, aunque la mayoría no lo entendiera, pues las misas y otros rituales religiosos eran presididos en esa lengua. De hecho, la Iglesia Católica se ha esforzado por mantenerla activa de diversas maneras, aunque con el tiempo se ha preferido hablar a los feligreses en su propia lengua.
A pesar de ello, en el Vaticano, hogar del papa, la autoridad máxima del catolicismo, hay pequeños espacios en los que se busca mantener activo al latín, como es el caso del cajero automático del Instituto para las Obras de Religión, institución bancaria que lleva las cuentas y resguarda el dinero de las autoridades católicas, aunque no se trata de un banco de uso común, a las afueras de sus instalaciones, allá en el Vaticano, hay un cajero automático que permite ser usado en latín. Ahí te dará la bienvenida esta frase: Inserito scidulam quaeso ut faciundam cognoscas rationem, es decir “inserte tarjeta para conocer las opciones”. ¿Estás listo para retirar dinero?