Tú y: personas han leído este artículo.
El trabajo en equipo entre padres y docentes es esencial para el desarrollo de los estudiantes, pues solo con un verdadero apoyo en casa los alumnos lograrán profundizar sus conocimientos, fortalecer sus habilidades y lograr el equilibrio tan necesario para aprender en el salón de clases. Sin embargo esta colaboración puede convertirse en un reto para ambas partes, pues los canales de comunicación no siempre son los más abiertos. El ritmo de vida actual, las dificultades del contexto e incluso malas experiencias previas se pueden convertir en el peor obstáculo para la comunicación. A esto debemos sumar el contexto actual, en el que ni siquiera podemos recurrir a las juntas o reuniones cara a cara, pues la pandemia nos ha obligado a cambiar la forma en que hacemos todo, incluido dar clases, hablar con los padres y continuar nuestra tarea.
En estos meses de pandemia algunos padres se han convertido en los mejores aliados del sistema educativo, pero para muchos otros ha sido muy compleja esta transición.
Vale la pena dedicar tiempo para conocer las necesidades de cada uno de las familias, no podremos resolver la problemática que presente cada una de ellas, pero al menos podremos saber de antemano cuáles son sus características, si tienen conexiones o dispositivos estables para conectarse a video conferencias, si tienen un teléfono fijo o solo líneas de celular, etc. También, en una llamada de primer acercamiento podremos evaluar cuál es su sensación respecto a la escuela, cuáles son sus preocupaciones y distinguir, por ese primer acercamiento, si creemos que serán padres cooperativos o desafiantes, si están realmente interesados por la escuela de sus hijos o si no tienen mucha disposición para hacerlo. Claro que no se trata de predisponernos, sino de hacer una pequeña evaluación de la situación que se nos presenta.
En esta acción de reconocimiento muéstrate empático, se amable y receptivo, vas a escucharlos, a conocer sus preocupaciones y sus limitaciones, evita por completo cualquier confrontación, mejor escucha activamente y toma en cuenta sus sugerencias, quizá en un futuro puedas atender esas preocupaciones.
Es relativamente común encontrarnos con padres que sienten que las actitudes del docente hacia sus hijos son el problema, por lo que los resultados, según ellos, están sesgados por la opinión o la simpatía. También existen esos padres que tienen una perspectiva diferente del trabajo o desempeño de sus hijos. Al final nosotros no estamos con ellos en casa, ni ellos están con nosotros en el aula. Con la educación a distancia también se ha dado la posibilidad de conocer a los alumnos de formas distintas, incluso los padres se han dado cuenta de la dificultad que tienen los docentes en el salón de clases para encender la motivación o mantener la atención.
Por ello, las herramientas que nos brinda la educación a distancia pueden formar parte de la oportunidad perfecta, ya que es más fácil involucrar a los padres en el desarollo de ciertas actividades e invitarlos a monitorear el trabajo de sus hijos. Esto no significa que deban estar presentes en las sesiones a distancia, también es importante que el alumno tenga cierta autonomía y control sobre sus actividades, pero sí podemos invitar a los padres a monitorear mejor el trabajo en clase, las tareas, los trabajos, los resultados y las evaluaciones. Pueden formar parte de los sistemas de notificación cuando un alumno entrega una tarea (por ejemplo, cuando suben un archivo a un blog, comúnmente se recibe un correo, muchas herramientas permiten agregar las direcciones a las que se envían estas notificaciones), los resultados que se obtienen en cuestionarios, encuestas y evaluaciones en línea, estos son automáticos, pues se evalúan al momento en que el estudiante las resuelve y es posible guardar evidencias o compartirlas inmediatamente con los padres. Este tipo de herramientas nos permitirá sentar las bases de un panorama general, para padres y maestros. Ambos estarán al tanto de los resultados de los exámenes, de las tareas entregadas, de las participaciones que se dan en los foros, etc. Así podrán trabajar sobre las mismas evidencias y se evitarán discrepancias basadas en desinformación o interpretación.
No todos los padres cuentan con las mismas herramientas y en estos momentos ser flexibles es muy importante para lograr objetivos. Para abrir las puertas de la comunicación es importante asegurarnos de que se tienen los medios, así que no te cierres a que deban contactarte por un solo espacio, ya sea el correo electrónico, las aplicaciones de mensajería, los foros, el teléfono, etc. Dale opciones a los padres y trata de ajustarte a sus necesidades, claro que en la medida de lo posible, no es necesario que entrenes un equipo de palomas mensajeras, pero sí busca ser flexible y receptivo con las formas de comunicación. Deja las relgas claras de tu lado, pero no cierres posibilidades, por ejemplo, si tú no contestas mensajes después de las 7 p.m., no evites que te los envíen, solamente no los revises más que en el horario acordado. Se trata de cuidarnos y de ajustarnos.
Esta parte es muy importante. A veces como docentes tenemos mensajes muy importantes que queremos transmitir a los padres de nuestros alumnos, queremos que nos escuchen y que reciban nuestro mensaje. Pero también es muy importante estar abiertos a lo que dicen ellos, la comunicación es un sistema de dos vías y es fácil cerrarnos por la presión que sentimos o las dificultades que enfrentamos, pero esuchar activamente, poner atención y ser empáticos es una de las partes más importantes con los padres. Algunos probablemente lleguen con una actitud cerrada o experiencias que limitan sus expectativas, pero estar abiertos a ellos, escucharlos y tratar de encontrar soluciones juntos es muy importante. Recuerda, son un equipo.
Como decíamos anteriormente, a veces los docentes sentimos la necesidad de transmitir algo y cuando tenemos la oportunidad de ser escuchados vamos directo a las partes que debemos atender y que no siempre son positivas. Cuando hables con los padres no te concentres en los aspectos difíciles o desafiantes de tus estudiantes. Procura abrir la conversación con esos pequeños logros o con las características más interesantes de tus alumnos, destaca sus habilidades, sus metas y las fortalezas que tienen para lograrlo y haz de los retos una parte más del desarrollo de sus hijos, no el punto focal. Así sentirán que te interesas realmente por ellos y estarán más dispuestos a colaborar contigo, no es lo mismo sentirse regañado o que han fallado en algún aspecto como padres que ver las dificultades de sus hijos como un reto a superar juntos.
¿Para ti cuáles han sido los desafíos más complejos en la comunicación con los padres? ¡Comparte tus experiencias con nosotros!