Cada que un ciclo escolar está por comenzar, los docentes tienen su propio momento de renovación e inicio, como la mayoría de las personas se sienten en diciembre, los profesores respiran profundamente durante el verano, renuevan sus aulas, sus programas, sacan materiales que ya no usan y se emocionan con las compras del regreso a clases, es algo que solamente quien se prepara para regresar al aula puede comprender. Y así como en diciembre muchos se plantean nuevas metas, propósitos o nuevos hábitos, un maestro también establece una lista de ideas e intenciones para mejorar.
Entre esas metas que cada ciclo escolar nos planteamos suele estar la de no agotar nuestras energías hasta el límite, ya que a veces al final de ciclo escolar nos sentimos completamente agotados e incluso durante el año sentimos constantemente que el agotamiento es cada vez peor. Quizá por eso, muchos nos planteamos tener un año más equilibrado, aprovechar el tiempo en familia y cuidar de nuestra salud, pero conforme avanzan los meses esto se hace cada vez más difícil, especialmente en el contexto en el que estamos ahora, donde además no sabemos siquiera cómo serán las clases.
Este ciclo puede ser la oportunidad perfecta para ahora sí, organizar nuestras agendas y actividades de forma que podamos recuperar el equilibrio, al menos eso es lo que pensamos siempre: no llevaré trabajos a casa para calificar, no dedicaré tanto tiempo a diseñar actividades. Pero durante el ciclo caemos siempre en la tentación de ir un poco más allá. Es importante distinguir que hacer un espacio para cuidar nuestra salud no significa que descuidaremos nuestro trabajo, por el contrario, la mejor forma de rendir a largo plazo es mantener el equilibrio y cuidarnos. Así que tu propósito de no agotarte en el ciclo escolar puede ser exactamente lo que tus alumnos necesitan. Pero ¿cómo hacerlo?
A lo largo del ciclo escolar es común que vayamos adquiriendo nuevos compromisos que no teníamos planeados, ya sea llevar la dinámica de algún grupo de estudio, dar más horas de clase de las que teníamos pensado, organizar algún taller o trabajar en las actividades de la escuela, como obras de teatro, festivales o ferias, y aunque en general es algo muy positivo estar en varias cosas a la vez y trabajar con los alumnos, sus padres y sus actividades de forma constante y diversa, también es necesario que tomemos distancia y antes de aceptar nuevas responsabilidades consideremos si esto nos quitará tiempo de descanso o si podría absorber demasiado de nosotros mismos.
Es necesario, para esto, saber decir que no. Aunque parezca un tanto ridículo, decirle que no a otras personas puede ser especialmente complejo, ya que al considerarnos para ciertas actividades están reconociendo nuestro trabajo, conocimientos y habilidades, porque son tareas que nos emocionan, por sus características o porque sencillamente decirle que no a alguien nos hace sentir culpables. Sin importar cuál es la razón de nuestra dificultad para negarnos a algo, debemos aprender a declinar ofertas o proyectos cuando estos ya sobrepasan nuestro tiempo disponible. Si esto se te complica evita por completo aceptar proyectos al momento, siempre pide tiempo para analizar bien las cosas y observa tu lista de tareas, el tiempo disponible y las responsabilidades que conlleva un nuevo compromiso, con esto en mente toma una decisión. También puedes hablar con otras personas para expresarles lo que has analizado, sentir el respaldo de alguien muchas veces nos ayuda a comunicarnos mejor. Y, como siempre que te enfrentas a una conversación difícil, puedes recurrir a estrategias como practicar tus diálogos, anotar tus razones y concentrarte en lo más positivo al inicio de tu charla.
Como docentes tenemos que estar preparados para la incertidumbre y para las sorpresas, pero una buena planeación al inicio del curso puede ser clave para evitar el desorden que conlleva una situación inesperada. Plantea tus objetivos de forma muy clara para que incluso si algo que no tenías previsto ocurre, sigas teniendo clara la meta, aunque la ruta se altere. Tener una estructura nos ayuda en momentos de incertidumbre, así que plantea desde el inicio una rutina diaria muy clara, donde los alumnos sepan qué aprenderán, cómo lo harán y cuáles son los espacios de su día a día para llevar a cabo sus actividades, así, incluso si son interrumpidos, podrán retomar el día desde un punto claro. Y lo mismo pasará contigo, podrás retomar actividades con todo el orden posible.
A veces a mitad del ciclo nos topamos con alguna metodología especial o una idea fantástica que queremos implementar en nuestra clase al momento, pero esto siempre trae consigo mucho trabajo nuevo, para crear materiales o diseñar un plan de trabajo, por lo que lo más recomendable es apegarte a una planeación base durante el curso e ir reservando ideas para un ciclo diferente, puedes, eso si, soñar todo lo quieras durante tus planeaciones, para que incluso si encuentras un material extraordinario, sepas que tú tienes los mejores recursos que pudiste encontrar o diseñar.
Esto puede ser difícil de ver, porque las redes sociales y las expectativas que tenemos de nosotros mismos pueden dibujar un plan específico en nuestra mente, esa imagen anhelada puede ser muy diferente de lo que obtenemos, pero es necesario saber que para cada uno de nosotros el equilibrio se ve completamente distinto. Apégate a lo que tú quieres de ti mismo y lo que te gustaría lograr.
El ciclo escolar que pronto comenzará será desafiante, aún hay mucha incertidumbre, pero con un toque personal podemos hacer que este año sea el más disfrutable de todos. ¿Cuáles son tus estrategias para equilibrar tu trabajo y tu vida personal?