Una típica llamada telefónica mexicana comienza con esta frase: “¿Bueno?”
Pero ¿por qué decimos esto durante nuestros intercambios por teléfono?
La razón es histórica y se debe a que al inicio de las telecomunicaciones existían operadoras que enlazaban las llamadas, quienes se comunicaban con los participantes antes de que hablaran entre ellos. Debido a la inestabilidad de la tecnología en aquellos tiempos era común que las llamadas fallaran la primera vez, por lo que las operadoras hacían una revisión, probaban que se escuchara correctamente con una palabra: “bueno”, para dar por “buena la comunicación”.
Con los años dejó de ser necesaria la presencia de las operadoras, pero la tradición de probar que todo se escuchara correctamente permaneció, razón por la que actualmente respondemos con un “bueno” cualquier llamada telefónica.