Esta frase tiene su origen del otro lado del charco, es una de esas expresiones que importamos del contacto con los españoles y que usamos a nuestro modo ya en América. En España se usa con artículo en medio: “dar la lata” y aunque su origen nos puede parece evidente (nos basta rememorar el sonido de la hojalata cuando es golpeada y relacionarlo con algo que nos fastidia), también esconde cierta historia de la lengua.
Algunos autores consideran que dar la lata existe desde antes de la comercialización de las latas, pues “lata” también significa golpear con un bastón o maso, una palabra que se comparte con el francés o el portugués, así que el dicho podría relacionarse más con ser golpeado, que con soportar el sonido de una lata a la que se le golpea frecuentemente.